Silverio le canta a Satán

Foto: @sumajestadimperialsilverio

Por Carlos Meraz

Uno de los máximos representantes del surrealismo, el inefable pintor catalán Salvador Dalí, sentenció: ”El mal gusto es creativo. Es el dominio de la biología sobre la inteligencia”. Y el más grande exponente de lo eufemísticamente llamado kitsch, una suerte de eslabón perdido ajeno a códigos de conducta y ejemplo a no seguir en el Manual de Carreño: Su majestad imperial, Silverio, una vez más goza siendo un provocador nato y ahora le canta al mismísimo Satán en su nuevo sencillo homónimo.

Además, este exhibicionista, libidinoso y rupestre personaje de la escena subterránea de la música electrónica mexicana, hijo pródigo de “Chimpancingo” y fetichista de las trusas rojas, confía en que el tema —junto con el otro estreno, titulado Esmalte, ambos en colaboración con Caníbal— haga de los salvajes shows en directo una sucursal del pandemónium para su horda de aborígenes, como denomina a su público devoto e incondicional.

“Yo trabajo con samplers y mi compa Caníibal en batería y percusiones, así que me metí en los sintetizadores y quedó algo potente, una orgía musical que recrearemos juntos en el escenario, y además Silverio se paseará por el mundo con una gira internacional.

“El álbum saldrá a mediados de 2023 en vinyl y digital, con rolas cortas y veloces, como ganchos al hígado”, explicó.

SILVERIO POSTPANDÉMICO

Mientras la pandemia dejó nuevos hábitos de higiene en la población mundial, como la frecuente desinfección de manos, dentro de su primigenia existencia Silverio también adquirió los suyos, ya que para sus selváticos performances contempla incluir una escupidera, al lado de los tornamesas y samplers, para evitar que la audiencia sea presa de sus frecuentes flemas.

“Mis shows los hace la gente y no hay restricciones”, dijo.

MÚSICA PARA ANIMALES SORDOS Y HOMOSEXUALES

Según Silverio —personaje creado por Julián Lede, integrante del grupo Titán— su incursión en un estilo desinhibidamente discoteque tiene como premisa los supuestos experimentos de la CIA con animales para estudiar sus reacciones a la música disco; así como a la quema masiva de elepés por grupos conservadores que condenan el baile, fiesta y sexo, inherentes al género musical.

“La conclusión es que exponiéndose a este sonido los cerdos terminan sordos y los ratones se vuelven homosexuales”, ironizó y agregó “me gustan los Bee Gees y Amii Stewart. Es un movimiento social que, salvo con el punk, no se ha repetido algo así”, aseguró.

LE HACE FUCHI A MOLOTOV

Ahora que el egocéntrico Silverio aceptó hacer mancuerna con Caníbal podría imaginarse una hipotética asociación con la irreverente banda Molotov. Una explosiva colaboración imposible para el DJ y músico guerrerense.

“¡Dios no lo quiera! Paso totalmente. Se venden como políticamente contestatarios y suenan más a encabezado de periódico”, concluyó.