Estados Unidos reabre la garita de San Ysidro

 

Tijuana, Baja California.- El paso fronterizo de San Ysidro, en la frontera con México, fue reabierto por autoridades estadounidenses tras las protestas que acontecieron en esta jornada, donde inclusive se lanzaron gases lacrimógenos y se deportó a varias personas que cruzaron de manera irregular la frontera.

La Agencia de Control Fronterizo y Aduanas (CBP por sus siglas en inglés) informó en su cuenta de Twitter que el tráfico peatonal y vehicular en el puerto de entrada había sido reabierto después de permanecer cerrado durante varias horas.

Cientos de migrantes, incluyendo mujeres y niños, convocaron una protesta pacífica en el lado mexicano de la frontera cuando las autoridades mexicanas les ordenaron parar a la espera de un permiso para la manifestación. 

Posteriormente, los migrantes subieron el muro fronterizo, ubicado en Tijuana, Baja California, en donde agentes de la Guardia Nacional de Estados Unidos y Patrulla Fronteriza estaban resguardando la frontera para evitar el paso de estas personas hacia Estados Unidos, de manera ilegal.

Al llegar al muro fronterizo, se encontraron con botes de gas lacrimógeno que fueron disparados por agentes de la Agencia de Protección Fronteriza y Aduana de EE.UU. Entre las personas que recibieron el gas había mujeres jóvenes y niños.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen dijo en un comunicado que la CBP se había visto obligada a usar la fuerza para cerrar el cruce de San Ysidro y asegurar "la seguridad pública" en respuesta a un "gran número de migrantes que buscaban entrar a EE.UU. ilegalmente".

"Después de que se les impidiera entrar al puerto de entrada, algunos de estos migrantes intentaron romper" la valla de seguridad y buscaron "herir al personal de la CBP tirándoles piedras".

Desde el 19 de octubre de al 24 de noviembre, México ha deportado a 11,000 centroamericanos que se encontraban de manera irregular en México. De ellos, 1,906 pertenecían a las caravanas de migrantes, de acuerdo con datos del gobierno.

El presidente Donald Trump amenazó con cerrar la frontera entre México y Estados Unidos durante un periodo no especificado si su gobierno determina que su vecino del sur ha perdido el “control” de su lado.

Por su parte, el presidente municipal de Tijuana Juan Manuel Gastelum, declaró el viernes una crisis humanitaria en la ciudad y pidió apoyo a Naciones Unidas para ocuparse de los aproximadamente 5.000 migrantes centroamericanos que se encuentran allí.