Una nueva 'tormenta' amenaza a las aerolíneas

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Por Luis Otero Cervela

Y ocurrió lo impensable. A finales del pasado año los precios del crudo se habían mantenido más o menos estables, con un patrón de comportamiento que más bien se inclinaba hacia la baja.

De hecho, se sostuvieron varios encuentros entre los países productores y exportadores de crudo, en los cuales analizaban cuáles serían las mejores estrategias a seguir, para elevar los precios, por cuanto a raíz de la pandemia la industria extractiva había quedado severamente golpeada.

El año pasado transcurrió entonces con poco o ningún sobresalto en las cotizaciones de tan apetecida materia prima. ¿Cuán lejos estaban de pensar los analistas y expertos financieros que, dos meses después, un conflicto bélico acabaría con la estabilidad de los precios del crudo?

Y sí. La realidad sorprendió a las aerolíneas. El alza en la cotización del combustible no se hizo esperar. De repente, como por arte de magia, se observó cómo las estaciones de servicio comenzaron a subir sus precios abruptamente. Y ello también alcanzó a la industria aeronáutica.

Las aerolíneas, luego de que varias de ellas se declarasen en bancarrota en los años 2019 y 2020, habían experimentado un crecimiento en sus estados financieros y sus números pasaron del rojo al azul. Las ganas de surcar los cielos por parte de los pasajeros no se hicieron esperar. El largo periodo de encierro, aunado a una disminución en los costos de la boletería aérea, cautivó a una importante cantidad de personas, dando muy buenos resultados en los resultados financieros.

Pero las expectativas se esfumaron. El alza repentina, sin previo aviso y sin premeditación, en los costos del combustible para los aviones ha puesto en jaque a la industria aeronáutica internacional, por cuanto, además de que los precios de los repuestos se han encarecido sustancialmente, ahora se suma el incremento del carburante necesario para poner en marcha los motores de las aeronaves.

La crisis se ha hecho sentir. Se ha minimizado la oferta de boletos. Las promociones en la cotización de los asientos son cada vez más escasas. Las rutas y las frecuencias comienzan a disminuir Los altos costos del combustible están comenzando a afectar el desempeño de la industria aeronáutica y si las cosas siguen como van, más pronto que tarde, veremos nuevamente en tierra, sin fecha exacta para su despegue, un montón de aviones a la espera de su correspondiente tripulación y pasajeros.

Las líneas aéreas no estaban preparadas para tal eventualidad, ante lo cual es posible que muchas de ellas no llegaron a ejecutar compras adelantadas de jet fuel. Una nueva tormenta se cierne sobre el firmamento aeronáutico. Esperemos, regrese el buen tiempo.