El hombre pasó doce años "siendo mudo" para evitar ser juzgado, pero cuando finalmente quiso hablar, ya era demasiado tarde.
De acuerdo a un medio local, en el año 2005, Zeng fue acusado de asesinato, por quitarle la vida al tío de su esposa luego de una disputa por dinero; una vez consumada la agresión regresó a su pueblo natal.
Al instalarse en una aldea, buscó empleo en la industria de la construcción, contrajo matrimonio nuevamente y procreó un hijo; todo esto lo hizo mientras fingía haber perdido la voz, pues según él, era la única forma en la que podía ocultar su crimen.
Sospechoso
Las autoridades de la zona comenzaron a dudar sobre él cuando le fueron solicitados sus documentos de identidad y no los presentó. Por esta situación, Zeng fue detenido mientras que la policía se dedicó a buscar su identidad con el fin de que el hombre pudiera realizar trámites en un futuro.
Descubierto
Le fueron tomadas muestras de ADN y su registro genético coincidió con el de un asesino que había estado prófugo durante 12 años.
Tras verse entre la espada y la pared, Zeng terminó confesando por escrito lo que había realizado en el pasado.
Su confesión la realizó de este modo, pues como consecuencia de no emitir ningún sonido durante años, sus cuerdas vocales quedaron severamente afectadas.
Al ser cuestionado por haber tomado la decisión de fingir, sólo respondió por escrito: "Cuanto menos digo, menos posibilidades tengo de cometer un error".
