Guillermo del Bosque: Televisión es emoción

Por Carlos Meraz

La vida es como la televisión. A veces absurda y delirante, como en la comedia, y otras intensa y dolorosa, como suele ser el drama. El destino es un zapping que nos lleva a otros canales de sentimientos inesperados con desenlaces sorpresivos. “La televisión es emoción”, advierte el productor y director Guillermo del Bosque, y su vida es el ejemplo, pero con un final feliz, al más puro estilo de la pantalla chica.

La programación de su cotidianidad se alteró en 2017, al ser diagnosticado con cáncer y linfoma de Hodgkin que redundó en una larga pesadilla con 24 quimioterapias y un trasplante de médula. Cuando todo parecía haber salido bien, siempre hay un giro inesperado que altera la historia original: una insólita bacteria se filtró en el catéter para poner en vilo su existencia, como en esas tramas televisivas donde al protagonista le suceden situaciones inverosímiles, en apariencia, que logra sortear estoico con lo que algunos llaman actitud, suerte o milagro.

“En 2016 ya me sentía cansado, fatigado y con dolores en la cadera, pero estaba muy ocupado todo el año. Hasta enero de 2017 me pude hacer un chequeo general y por junio me detectaron cáncer y ya en agosto empecé y no he parado, salvo por el compromiso del Mundial en Rusia y unos Premios TVyNovelas, y ya luego regresé a retomar el tratamiento.

“El trasplante en 2019 fue muy pesado y tras hacerlo la doctora me dijo: ‘Lo único que no debe pasar es que se te meta una bacteria’. Y justo eso pasó, y como para hacerte el trasplante te dejan con cero defensas, no tenía manera de luchar y a mi mujer, Vica, le dijeron: ‘No te muevas de aquí, porque igual esta es su última noche’. Y yo aguanté, pues mientras la campana no suene, la batalla sigue. Y al final fue un milagro de Dios el darme una segunda oportunidad de vida y ahora cada momento lo disfruto al máximo”, relató.

Para el creador del canal musical Telehit (1993) y los programas El calabozo (1993), Al fin de semana (1998), 100 mexicanos dijeron (2001) y el talk show No manches (2004), la televisión en su vida podrá tener pausa pero no se apaga, así que tras recobrar la salud regresó en julio pasado a los foros de Televisa para grabar, bajo estrictas medidas sanitarias por la pandemia, Un minuto para ganar VIP.

A sus 58 años años, Memo, como es conocido por su larga lista de afectos en la industria de la televisión mexicana, puede decir ya que nació dos veces y que en esta nueva oportunidad que la vida le ofrece, la televisión que anhela está lejos de su área de especialización: música, comedia o concursos, ya que desea incursionar en las series de drama y concretar el sueño de rodar su primera película. Ese es el plan, pero sabe que la escaleta de la vida está plagada de cambios y sorpresas, pero ahora ya está preparado para ello.

“Cuando empezó la pandemia hicimos en Televisa el especial Se agradece, con Yuri, Mario Domm, Reyli, Lupillo Rivera, Fey, Pandora y demás amigos. Me sentía muy mal, pero era mi manera de apartar con un granito de arena. Luego me llamaron para hacer Un minuto para ganar VIP y en julio nos aventamos 15 capítulos. Y ahora trabajo con escritores vía Zoom sobre opciones de series de drama y sobre una película que desde hace ocho años quiero hacer.

“Esas series no es que me las hayan pedido en la empresa, es un gusto que me quiero dar y se las presentaré, independientemente de los proyectos que me piden hacer. Se me relaciona mucho con los programas musicales, de comedia y concurso, pero quiero pasar a otro nivel y estar metido en series de drama durante los próximos 10 años, si Dios me lo permite”, afirmó.

LA CAJA DE CONTENIDOS

En un ejercicio de ping pong periodístico, Guillermo del Bosque participa en un retrato hablado donde cada respuesta describe al ser humano detrás del personaje, en una suerte de charla de diván, a través del cuestionario de Proust, en una conversación diferente con un productor ídem.

— ¿Con qué personaje de la historia te identificas?

— Con Gandhi y Lincoln, todo aquel que luche por la gente, por sus derechos y libertades.

— ¿A quién te hubiera gustado conocer?

— Al grupo U2, su música me encanta y me ha acompañado todos estos años desde que llegué a México, procedente de Matamoros, Tamaulipas. Desde los momentos difíciles, cuando no tenía nada y su música me acompañó. Alguna vez saludé al cantante Bono en un evento, pero me hubiera gustado conocerlo más y por qué no hasta trabajar con él.

Cuando estudiaba en Monterrey soñaba estar en Televisa y un día agarré mi casete, mi demo y tomé un camión a la Ciudad de México, y conocí a Reynaldo López Valdés, quien me dio la oportunidad en el programa XE-TU en 1986.

— ¿Qué maestro te hubiera gustado que te diera clases?

— Con Alejandro González Iñárritu, lo admiro y trabajé con él en algún tiempo.

— Si no hubieras sido hombre, ¿qué mujer te hubiera gustado ser?

— Mi madre, quien nos sacó adelante vendiendo ropa y caminando por infinidad de calles en Matamoros. Eso siempre lo tengo presente de cómo luchó, con su instinto maternal, por sacar adelante a sus hijos.

— Si pudieras elegir en quién reencarnar ¿a quién escogerías?

— He sido tan feliz con lo que he hecho que, a veces creo que si el tiempo se pudiera echar para atrás, viviría exactamente lo mismo.

— ¿A quién le pedirías un autógrafo?

— Obviamente a Bono, de U2. Un 15 de febrero en mi cumpleaños coincidía que se presentaba en el Estadio Azteca y fui a verlos con Vica Andrade, mi mujer. Al término nos fuimos a cenar y ella decidió el lugar, pues me tenía preparada una sorpresa. Llegamos al hotel Habita de la Condesa y ahí estaba U2 en un evento privado, donde pude platicar con Bono, pero no me animé a pedirle un autógrafo.

— ¿Qué personaje del Mago de Oz serías?

— El hombre de hojalata y voy a contar una anécdota: Un día tuve una experiencia al tomar una ayahuasca en 2015. Me habían dicho que era como estar en una película de Avatar volando entre la naturaleza. Conmigo fue todo lo contrario, yo estaba en una bóveda de acero con un tipo al que no se le veía la cara, tirado boca abajo con un traje de acero; me empezó a doler el pecho e intenté salirme de ese trance, y el efecto regresó después y volví a ver al sujeto, pero ahora con un niño arrodillado a su lado, que resultó ser mi hijo. Quizá era un presagio de lo que vendría... de cargar con un cuerpo pesado y ser salvado por mis hijos, ya que por ellos sigo aquí.

— ¿Qué superpoder te encantaría tener?

— Volar.

— ¿Quiénes son tus héroes en la vida real?

— Del pasado, mis padres; del presente, mis hijos. 

— ¿Qué fotografía o imagen nunca colgarías en tu sala?

— De algo que refleje violencia, abuso del poder, guerra e injusticia.

— ¿Qué programa ajeno te hubiese fascinado dar a conocer?

The late show with David Letterman.

— ¿Qué programa o show televisivo es adictivo para ti?

— Los juegos de futbol americano, en especial de los Dallas Cowboys, ver el póker, el box y también lo fue esa serie, que es una joya, Breaking bad.

— ¿Y cuál te provoca siempre el deseo de hacerse zapping?

— Trato de no meterme en noticias durante la noche, para evitar sangre, violencia y corrupción.

— ¿Qué canción crees que al escucharla varias veces puede ser equivalente a una tortura?

— El heavy metal muy pesado.

— ¿Qué canción te genera inevitablemente el deseo de bailar?

Vivir mi vida, de Marc Anthony.

— Si tuvieses libre albedrío y presupuesto ilimitado para armar tu dream team staff, ¿a quién reclutarías?

— Siempre he sido fan de Anthony Hopkins, Edward Norton, Robert de Niro, Harrison Ford, Leonardo DiCaprio y Emma Stone.

— Si tuvieras el DeLorean de Volver al Futuro, ¿irías al pasado o al futuro?

— Me encantó vivir los años 80 y 90, pero creo que me iría a la década de los 70, pero como adulto joven para vivir los cambios y la era de la liberación.

— ¿Ante qué personaje que coincidieras en la calle optarías por cambiar de acera?

— Ante Adolfo Hitler.

— ¿Qué es lo que menos te gusta de tu aspecto físico?

— Si quieres ser feliz debes estar contento con lo que eres y tener confianza en ti. Hasta mi nariz aguileña me gusta. 

— ¿Qué hábito ajeno no soportas?

— Que dejen la taza del inodoro mojada y el borracho mala copa.

— ¿Qué platillo comerías antes de ser fusilado?

— Chile en nogada para irme muy patriótico.

— ¿Cuál ha sido tu concierto favorito?

— Siempre estará U2, The Rolling Stones en Houston, Robert Plant y Jimmy Page en el Palacio de los Deportes, Peter Gabriel y Depeche Mode.

— ¿Qué canciones describen tu personalidad?

— Podría ser Viva la vida, de Coldplay.

— ¿Qué película marcó tu vida?

Once upon a time in America, The godfather, Blade runner, Se7en y Citizen Kane.

— ¿Cuál fue el último libro que leíste?

Kane & Abel, de Jeffrey Archer.

— ¿A qué político le darías un pastelazo?

— A cualquiera que llega al poder para robar, abusar y que ve al poder más que como un servicio público como la oportunidad de servirse a manos llenas.

— Si fueras presidente de México, ¿cuál sería tu gabinete ideal?

— El error siempre es meter a los amigos y compadres en área que no dominan. Buscaría gente preparada, leal y comprometida por México.

— ¿Cuál es tu máxima favorita?

— “El respeto al derecho ajeno es la paz”, de Benito Juárez. 

— ¿Qué estarías haciendo si el dinero no importara?

— Sembrando en una parcela, en un lugar cálido cercano al mar.

— ¿De qué te arrepientes?

— Hubo una época en que mis hijos vivieron felices en la playa como dos años y medio, y yo los veía de viernes a domingo y cada que me iba pensaba: ‘¡Cómo los voy a sacar de este paraíso!’. Hoy que los tengo diario me arrepiento de no haberlos visto de lunes a jueves. El verdadero paraíso es estar unidos en familia.

— En la última cena de tu vida, ¿quiénes serían tus 12 hipotéticos invitados?

— Mis hijos, mi mujer y amigos que han estado conmigo toda la vida.

— Y como tú Judas, ¿quién sería el invitado?

— No lo dejaríamos entrar... sólo gente maravillosa.

— ¿Cómo se titularía la película de tu vida?

— Sé feliz cada día de tu vida.

— ¿Cómo te gustaría morir?

— Una muerte rápida, de un infarto fulminante, sin deteriorarte. Lo mejor es quedarte dormido y soñar para no despertar jamás.

— ¿Cuál es tu idea de la felicidad perfecta?

— Buscar y fomentar el amor todos los días con la gente que quieres y con los que trabajas. Respetar a todos y eso te hace el día maravilloso cuando haces el balance antes de dormir. El amor genera salud.