Inauguran área de juegos para menores al interior del Cefereso de Santa Martha

A partir de este miércoles, los 85 menores que viven con sus madres dentro del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, así como los hijos e hijas que realicen visitas, podrán gozar de una nueva área de juegos para desarrollar sus capacidades físicas y sociales al aire libre.

La secretaria de Gobierno de la CDMX, Patricia Mercado Castro, inauguró este nuevo espacio como parte de la política de reinserción del gobierno capitalino, basada en tres principios: menos cárcel, mejores condiciones y derecho al porvenir. 

La nueva área de juegos forma parte de la remodelación integral del Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) de Santa Martha Acatitla, que desde la obtención de su clave oficial y certificación en junio de 2015, ha mejorado continuamente, y en el que se invertirán 12 millones de pesos este año.

“Para nosotros, una de las tareas es que cuando alguna persona entra a un centro de reclusión, pierde su derecho a la libertad, pero gana su derecho a la reinserción, y esa es nuestra responsabilidad. De eso se trata este proyecto”, señaló Patricia Mercado.

En la inauguración también participaron el subsecretario de Sistema Penitenciario, Hazael Ruiz Ortega; la directora del centro penitenciario, Gloria María Hernández; la directora de Diseño y Comunicación de Experiencias del Papalote Museo del Niño, Madelka Fiesco.

También la directora de Reinserta Un Mexicano A.C., Saskia Niño de Rivera; la segunda visitadora de la Comisión de Derechos Humanos local, Montserrat Rizo y la vicepresidenta de la Comisión Especial de Reclusorios en la Asamblea Legislativa, Rebeca Peralta.

En colaboración con dicha asociación civil, el Papalote y el despacho Agrupación de Diseño y Construcción, las autoridades del Centro Femenil Santa Martha Acatitla habilitaron un área de juegos de alrededor de 140 metros cuadrados, la cual se construyó de septiembre de 2016 a enero de 2017.

La ejecución estuvo a cargo de 11 internas con conocimientos sobre construcción, quienes recibieron un pago a cambio de su trabajo, lo que permite la formación de capacidades y habilidades necesarias para la reinserción. Los juegos fueron donados por el Papalote, mientras que los materiales y la capacitación de personal estuvieron a cargo del despacho.

Como parte del Programa de Coinversión para el Desarrollo Social de la Ciudad de México 2016, la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México (SEDESO) financió el proyecto.

“Reinserta ha trabajado a favor de los niños que nacen y crecen en prisión elaborando y apoyando iniciativas de ley, programas y áreas de desarrollo infantil. Sin embargo, esto no sería posible sin el apoyo de las autoridades, organizaciones y sociedad civil, por lo que continuaremos haciendo la invitación a sumar esfuerzos y acciones que mejoren las condiciones de vida de estos pequeños”, aseguró Niño de Rivera.

En los reclusorios del país existen aproximadamente 618 niños y niñas viviendo con sus madres, de los cuales 102 se encuentran en centros penitenciarios de la Ciudad de México y son hijas e hijos de 98 mujeres reclusas, es decir, del 5.13 por ciento de la población femenil total en reclusorios de la capital del país.

El Informe Especial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre las condiciones de hijas e hijos de las mujeres privadas de la libertad en los centros de reclusión de la República Mexicana, publicado en noviembre de 2016, señala que el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla es uno de los únicos 14 centros a nivel federal que cuentan con dormitorios diseñados para la estancia de internas con hijas e hijos.

La administración capitalina reafirma así el compromiso del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, con una metrópoli de derechos y libertades consolidados en la primera Constitución de la Ciudad de México, que estipula que el derecho a la reinserción social no concluye cuando la persona abandona la prisión, compurga una pena o cumple la sanción.

Resalta que su satisfacción requiere que recobren un sentido de vida digno, una vez que hayan cumplido con las sanciones impuestas.