Carlos Sepúlveda estrenará su ‘Guante de Oro’ con los Diablos Rojos

Foto: FOTO: DIABLOS ROJOS

CIUDAD DE MÉXICO.- Para Carlos Sepúlveda el último trimestre del año pasado fue uno particularmente difícil de manejar. La pandemia de Covid-19 había generado una dinámica complicada para jugar beisbol y su abuelo, Rogelio Salazar de la Paz, había fallecido.

Sometido a protocolos de aislamiento propios de la Liga Mexicana del Pacífico en 2020 y alejado de distracciones fuera del terreno, el titular de la segunda base de los Yaquis de Obregón se concentró solo en el diamante: en sus líneas de cal, el gramado y la magia que se podía crear ahí.

¿El resultado? Nada menos que la mejor temporada de su vida y el primer Guante de Oro de su carrera en México.

Sepúlveda cometió solo un error en 434.0 innings para merecer la distinción como el mejor camarero defensivo de la LMP de la pasada temporada, obteniendo con ello una ofrenda perfecta para aquellos que, según él, hicieron esto posible.

“Este premio tengo que dedicárselo primero a Dios pues es él que obra para bien en todos los aspectos. Segundo, a mi abuelo que falleció en noviembre. Éramos muy apegados y siempre confió en mí. Y en tercer lugar a mi madre y al resto de mi familia”, expresó Sepúlveda.

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El camino que lo llevó acá no fue sencillo. Como buena parte de los camareros profesionales, Sepúlveda no fue firmado como segunda base. Su posición como infantil era el campocorto pero, al observar a sus pares en la academia Alfredo Harp Helú, el coahuilense recuerda haber entendido el porqué de su cambio de posición.

“Había gente que tenía más brazo que yo y eran más altos así que entendí que podía encajar mejor en la segunda base. Ahí decidí enfocarme en esa posición; me ponía a ver jugadores y los movimientos que hacían tratando de perfeccionar lo que yo podía hacer como segunda base. Afortunadamente y gracias Dios, las cosas han salido bien desde entonces”, contó Sepúlveda.

En la televisión Dustin Pedroia, Robinson Canó y Javier Báez eran los maestros a emular. Específicamente Báez fue un modelo a seguir que tuvo realmente cerca al estar en las menores de los Cachorros de Chicago desde 2015 hasta 2019. Pero en la vida real, en el diamante forjador de sueños, Sepúlveda tiene dos grandes nombres a quienes agradecer su formación como camarero: José Luis ‘el Borrego’ Sandoval y Osmin Melendez.

“A ‘el Borrego’ le tomé muchos consejos cuando fue mi instructor de infield. Obviamente él fue campocorto, pero me enseñó mucho en cuanto movimientos y juego de piernas, cómo leer los batazos. Eso se me quedó grabado. Ya firmado con los Cachorros de Chicago, el venezolano Osmín Melendez fue uno de esos coaches con los que me gustó mucho trabajar y aprender. Ha habido muchos coaches que me han ayudado en mi carrera, pero ellos dos son mis más grandes maestros de la defensa”, contó el infielder.

BATE EVOLUCIONADO

Además de lo que hizo con el guante, Sepúlveda brilló con luz propia por lo realizado con el bate en la LMP. En 239 turnos el zurdo bateó para .305 de AVG y .848 de OPS quedando de segundo en carreras anotadas de la liga (40) y de cuarto en bases robadas (12) y porcentaje de embasado (.410). Semejante despliegue ofensivo fue, por lejos, el mejor que haya tenido en alguna campaña profesional en su carrera.

Con ello en mente, y buscando mejorar aún más esos números, Sepúlveda se declara listo para incorporarse a Diablos Rojos del México en 2021 y debutar finalmente con la franela escarlata en la Liga Mexicana de Beisbol Profesional.

“Estoy realmente emocionado por esta oportunidad. Ya cuando estábamos en la pretemporada el año pasado sentía esto y por ello fue tan triste cuando se canceló por la pandemia. Pero ahora estamos listos de nuevo, preparándonos para finalmente llevar los colores de Diablos Rojos y buscar la corona de campeón para la fanaticada”, finalizó el infielder.

Con información de Diablos Rojos del México

JLR