Helloween: La leyenda sigue viva y regresa a México

FB: @helloweenofficial

Redacción.

Cuando se habla de power y speed metal de la mayor categoría, un solo nombre puede venir a la mente: Helloween. Y con sus décadas de poderío musical a cuestas y una alineación de lujo, el titán alemán regresa a México para incendiar el escenario del Hell and Heaven 2023.

 

 

Si le preguntaran a los melómanos por las mayores agrupaciones surgidas en tierras alemanas, los nombres que resonarán serán sin dudas los de Scorpions, Rammstein y Helloween, agrupaciones admiradas por millones de fanáticos alrededor del mundo y que han forjado legado y escuela para cientos de fans y artistas del género. Y son estos últimos, surgidos en la ciudad de Hamburgo, quienes podrían considerarse de los mayores exponentes del speed metal y pioneros del entonces naciente power metal.

 

 

UNA GRAN HISTORIA PARA CONTAR

Su leyenda comienza en el año 1978, cuando un par de jóvenes músicos llamados Kai Hansen y Piet Sielck formaron la banda Gentry, influenciada por leyendas como Judas Priest, Iron Maiden, Deep Purple o  Uriah Heep, cuyos grandes temas incluyeron en su repertorio junto a sus primeras canciones propias. La primera alineación tendría también a Ingo Schwinchtenberg y Markus Grosskopf en la batería y el bajo. Para 1983 ya habían cambiado de nombre dos veces, por “Second Hell” y “Iron Fist”, además de que Sielck había sido sustituído por Michael Weikath, pero fue este el año decisivo, ya que eligieron el nombre con el que pasarían a la historia y tendrían su primer grabación, formando parte del álbum compilatorio “Death Metal”, con otras dos agrupaciones. 

 

Respecto a su singular nombre, que actualmente es ícono de la cultura musical de los fans de la música extrema, se sabe que fue elegido por Kai Hansen, quien en ese momento era guitarra y voz de la banda; quien hizo un juego de palabras con el nombre del día de brujas, que “sólo llega una vez al año”, mientras que siempre puedes tener a Helloween.

 

Y CON USTEDES, EL POWER METAL

El primer trabajo de estudio de la banda fue un material de cinco canciones, producido con la disquera Noise, conocido como “The Mini LP” o simplemente “Helloween”; al que seguiría el álbum considerado de culto “Walls of Jericho”, una de las grandes obras del metal en la que la aún joven agrupación irrumpió en la escena con ritmos excepcionalmente rápidos y vocales poderosas. El indiscutible éxito les trajo una gira de promoción durante 1986, misma que dejó agotado a Kai, quien decidió que ya no podía ser también el vocalista, motivo por el que buscaron un reemplazo. El cantante  Ralph Scheepers, procedente de la banda Tyran Pace, fungió como apoyo pero sólo durante el resto de la gira, tras la cual se integraría Michael Kiske

 

El joven, de entonces sólo 18 años, era cantante de la banda Ill Prophecy y rechazó una primera propuesta para integrarse a Helloween, pero terminaría aceptando y formando la gran alineación que traería a la vida el también mítico álbum “Keeper Of The Seven Keys Vol. 1”. Este material, que podría considerarse el paso definitivo de Helloween al olimpo del metal, vio la luz en 1987. Concebido en un principio como un álbum conceptual doble, fue publicado como la primera de dos partes, con sencillos como “Helloween” y “Future World”, mismo que contó con un videoclip, donde el virtuosismo en la guitarra incluyó por primera vez el efecto de “sweep picking” en este instrumento y los agudos estratosféricos de Kiske consiguieron uno de los álbumes más reverenciados del género.

 

Su continuación “Keeper Of The Seven Keys Vol. 2”, superando la excelencia de su antecesora, llegó en 1988 para terminar de reafirmarlos como un fenómeno internacional, con sencillos estratosféricos como “I Want Out” e “Eagle Fly Free”, que les trajeron reconocimiento y les hicieron vender más de 150 mil copias en países como Inglaterra, Estados Unidos y Japón. Fue aquí cuando se embarcaron en su primera gran gira internacional que duró hasta 1989, “Pumpkins Fly Free Tour”, a la que se uniría de forma definitiva en los teclados Jörn Ellerbrock. 

 

 

Pero pese al éxito meteórico, durante 1988 el guitarrista y cofundador Kai Hansen decidió abandonar la banda por presunto descontento con el contrato con su entonces disquera, tras lo cual formó su propio y prestigioso proyecto: Gamma Ray. Su lugar fue ocupado por un viejo amigo de la banda, Roland Grapow, exintegrante de Rampage. 

 

DÍAS OSCUROS

El ascenso arrollador que habrían tenido hasta entonces comenzó a detenerse, coincidiendo con la partida de Hansen, que fue seguida por la publicación de su primer disco en vivo y un par de recopilatorios lanzados por su disquera, que no quedó conforme luego de que firmaran un contrato con la internacional EMI, hecho por el que los llevó a la corte, significando al menos 3 años en los que no pudieron publicar material nuevo. A esto se le puede sumar la inestabilidad que crecía dentro de la banda, durante la cual se gestaron los álbumes “Pink Bubbles Go Ape”, de 1991 y “Chamaleon”, de 1993.

 

 

Como una suerte de reflejo de los desencuentros de sus integrantes, ambos discos ni siquiera lograron rozar modestamente el éxito y calidad de sus antecesores, especialmente “Chameleon”, que logró ganarse la aversión de la crítica y los fans al presentarles temas con un enfoque más experimental y con tintes orquestales y de jazz. Al parecer el desempeño de sus últimas producciones provocó que EMI finalmente terminara su contrato con ellos.

 

Se sabe que también durante estos años Michael Weikath invitó por primera vez a la banda al cantante Andi Deris con la intención de expulsar a Michael Kiske, pero este no aceptó. El primer miembro que resultó expulsado fue el baterista Ingo Schwinchtenberg, quien en ese momento luchaba con una fuerte adicción a las drogas y un diagnóstico de esquizofrenia. Su lugar fue ocupado por el músico Richie Abdel-Nabi, un baterista de sesión que sólo permaneció en el puesto hasta finales de 1993, ya que no habría cubierto las expectativas de la banda. Sólo unos meses después, antes de comenzar las grabaciones de su siguiente álbum, Kiske también sería expulsado. 

 

Para mediados de 1994 un Helloween renovado y con nueva disquera, teniendo ahora a Andi Deris en la voz y Uli Kusch en la batería, presentaba el disco “Master Of The Rings”, significando un regreso al sonido pesado y clásico, así como una completa resurrección de la banda, que logró vender más de un millón de copias. 

 

 

Sin embargo, pese a que parecía que lo peor había quedado atrás, el 8 de marzo de 1995 el músico Ingo Schwichtenberg terminó con su vida a los 29 años arrojándose a las vías del metro en Hamburgo, luego de enfrentar problemas de salud mental y dependencia a sustancias ilegales, situación que se habría agravado tras quedar devastado por su expulsión de la banda. El siguiente álbum lanzado en 1996 e inspirado en las profecías de Nostradamus, “The Time Of The Oath”, fue dedicado a su memoria, así como los temas “Afterlife” de Gamma Ray y “Always” del proyecto en solitario de Michael Kiske. 



 

A este siguieron otro álbum en vivo, “High Live” de 1997, el box set “The Pumpkin box” y el segundo álbum de la era Deris “Better Than Raw”, ambos de 1998. Este último siendo tan bien recibido como el anterior y logrando que se unieran a la gira de Iron Maiden como sus teloneros. Para cerrar su contrato con la discográfica Castell Records, Helloween sacó en 1999 “Metal Jukebox”, un disco que versionaba temas de ABBA, David Bowie y Scorpions, entre otros artistas. 

 

 

La banda continuó por un disco más con la dirección musical más clásica y oscura que había tomado, presentando en el 2000 “The Dark Ride”, un disco que no logró convencer a sus fanáticos y se sitúa junto a “Chameleon” como uno de los menos vendidos de su discografía. Este nuevo fracaso comercial traería una nueva división en la banda, desembocando en el despido de Grapow y Kusch durante 2001, quienes formaron la agrupación Masterplan. Para suplirlos llegaron Sascha Gerstner, exguitarrista de Freedom Call y el baterista Mark Cross, quien enfermó poco después de integrarse y a su vez fue sustituído temporalmente por Mikkey Dee, antes de la incorporación definitiva de Stefan Schwarzmann

 

En 2003 fue presentado “Rabbit Don’t Come Easy” un álbum que volvía a las raíces de la banda y presentaba el lado más “luminoso” de su música, lo opuesto a la propuesta en los dos anteriores, trayendo consigo también la que hasta ahora había sido su gira más grande: Rabbit Don't Come Easy World Tour, que duró hasta 2004. Y como no fue suficiente ni para los fans ni para Helloween, inmediatamente en 2005 se presentó el álbum “Keeper Of The Seven Keys - The Legacy”, continuación de la ahora mítica saga musical iniciada en 1987 y que contó con la batería de Dani Löble, músico que se unió a la banda tras la renuncia de Schwarzmann.

 

 

 

A este siguieron “Gambling With The Devil” (2007), “7 Sinners” (2010), “Straight Out of Hell” (2013), “My God-Given Right” (2015), y su trabajo de estudio más reciente “Helloween”, estrenado en 2021.

 

 

 

HELLOWEEN EN MÉXICO

Si algo tiene el público mexicano es que ama la música y sin importar de qué género se trate, es casi seguro que proyectos de todo el mundo tendrán una fiel base de fans en nuestro país. Es así como las calabazas alemanas se encontraron con un nutrido y eufórico público durante su primera visita a nuestro país, un 17 de diciembre de 1998 en el entonces Cine Francisco Villa de la Ciudad de México, ahora Circo Volador, como parte de la gira “Better Than Raw Tour”.

 

 

 


Aunque se pospusieron una fecha, tras estar programado el 30 de junio, finalmente el 6 de agosto de 2001, en el Salón 21 de la Ciudad de México, se presentaba por segunda ocasión la alineación en la que Grapow y Kusch aún figuraban como guitarrista y baterista, durante el “Dark Ride Tour”.

Puntualmente, el 27 de septiembre de 2003, recibió de nueva cuenta el Circo Volador de la Ciudad de México el poder de Helloween, ahora con Sascha Gerstner y Stefan Schwarzmann; durante de la gira “Rabbit Don't Come Easy World Tour”. 

 

Como si de una cita cada trienio se tratara, el 18 de marzo de 2006 regresó a la que desde entonces ha sido sede de casi todos sus conciertos, el Circo Volador, fecha a la que se sumó otra en el Teatro Estudio Cavaret, de Zapopan, Jalisco; como parte del “Keeper of The Seven Keys - The Legacy World Tour

Para 2008, el emblemático Circo Volador se engalanó con su presencia por el Hellish Rock Tour, el  día  11 de Mayo de , en un magno recital en el que los acompañó la antes mencionada banda de Kai Hansen, Gamma Ray. A esta siguió su visita, los días 14 y 16 de abril de 2011, en Monterrey y CDMX junto a Stratovarius, como fechas del “The 7 Sinners World Tour”.

 

 

Y sin demora, el  23 de noviembre de 2013 pisaron una vez más tierras aztecas con su gira “Hellish Rock Tour Part II” junto a Gamma Ray.

 

 

Pero sin dudas los fans mexicanos no esperaban lo que estaba a punto de pasar en 2017, ya que además de reunirse gran parte de los miembros de la alineación original, incluyendo al cantante Michael Kiske, el inicio de la magna gira “Pumpkins United Reunion World Tour” comenzó con dos fechas en México y Monterrey, los días 19 y 21 de octubre de 2017, que tuvo una “segunda vuelta” el 2 y 4 de noviembre de 2018, donde los acompañaron las enormes bandas Arch Enemy y Kreator.

 

La última parada en México que Helloween ha hecho hasta el momento fue el 24 de septiembre de 2022, en la que los titanes alemanes sacudieron los cimientos de la Arena Ciudad de México junto a la reconocida banda sueca Hammerfall.

 

Y es así como el público mexicano espera una vez más la visita de las “Calabazas alemanas” el próximo viernes 3 de noviembre como parte de la edición 2023 del Hell and Heaven Metal Fest, que además de traer un imperdible setlist con todas las eras de Helloween sería la última fecha confirmada hasta ahora en el sitio oficial de la banda.

 

 

El Hell and Heaven Metal Fest se llevará a cabo los días 3, 4 y 5 de noviembre en el Foro Pegaso de Toluca, Estado de México y ahora ya puedes adquirir tus boletos a través de FullTicket.com.