'Mujeres asesinas' vuelve a México para contar historias reales de violencia

Mujeres Asesinas

Ciudad de México.- La nueva temporada de ‘Mujeres asesinas’, que se estrena este viernes en México en ViX, cuenta “en primera persona” ocho historias reales de mujeres que, por el acoso o la violencia, “terminan mal”, dicen su creadora, Marisa Grinstein, y una de las actrices protagonistas, Elyfer Torres.

“Creo que merecemos contar nuestras historias en primera persona", afirma Torres en una entrevista con EFE. "Saber que están escritoras como Marisa contando las historias con tanta dignidad de otras mujeres es muy poderoso”, añade.

Grinstein, periodista y escritora mexicana, subraya que la serie, que inaugura su segunda temporada, “está contando la violencia contra la mujer, el acoso” que sufren, unas vejaciones que, cuando “explotan”, terminan “mal”: “Terminan en mujeres asesinas”.

 
Una investigación periodística detrás

Para desarrollar los capítulos de ‘Mujeres asesinas’, Grinstein investigó los casos reales ocurridos en México desde la cárcel, donde habló “directamente con la asesina”.

“En Argentina, cuando arranqué la serie, hacía la investigación como más de rompecabezas: por un lado, el expediente; por el otro, la asesina, familiares”, desgrana, pues la primera producción que se inspiró en la saga de libros de la autora nació en 2005.

En cambio, en México, narra que los casos “fueron más extremos y difíciles”, por lo que la gestión emocional fue más pesada.

“Los primeros días en la cárcel, a veces le decía (a la entrevistada) ‘tengo que ir al baño’ y me iba a llorar para no hacerlo ahí enfrente", confiesa.

Las condiciones carcelarias de las mujeres en México impactaron en Grinstein más allá de las historias porque “no la pasan nada bien” en muchos ámbitos: desde la salud mental, con escasez de profesionales en los centros, hasta la higiene personal, pues “ni siquiera el papel higiénico tienen”.

La “rabia social” lleva a “las últimas consecuencias”
Torres destaca que, como actriz, “no puede juzgar a ninguno” de los personajes que interpreta “cualquiera que su circunstancia sea”.

En este caso, da vida a Rosario, mujer acusada de ser la autora intelectual del linchamiento de policías federales ocurrido en la colonia (barrio) San Juan Ixtayopan, en Ciudad de México, en noviembre de 2004, tras ser confundidos con presuntos secuestradores de niños pequeños.

“Lo único que puedo hacer con casos tan duros (...) es intentar ponerme en el lugar donde Rosario estaba y eso es un trabajo doloroso”, reconoce.

Y subraya la “emocionalidad” que vive quien “está a punto de perder lo que más ama”, como un hijo.

La actriz apunta a la “rabia social” como la chispa que condujo a Rosario a buscar “otras formas” para encontrar a su retoño desaparecido ante la “inutilidad” que le brindó la vía legal.

“La naturalidad de cualquier persona es irte a las últimas consecuencias, casi una cosa de supervivencia humana: si yo veo que le están haciendo daño a alguien que amo y la única forma en la que puedo parar eso es convirtiéndome en una asesina, probablemente yo, Elyfer, lo haría”, reflexiona.

Este “hartazgo colectivo”, presente en países latinoamericanos como México o Argentina, convierte a la protagonista del primer episodio en “la punta de lanza” para que su comunidad reaccione.

“El cuestionamiento que me gustaría que los espectadores se hicieran es por qué esta es la última salida, por qué tenemos que llegar a estos lugares y por qué, a veces, la justicia no alcanza”, asevera Torres.