Frontera norte continúa en calma por segundo día consecutivo

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El Paso.- La situación en la frontera entre Estados Unidos y México continúa tranquila por segundo día consecutivo, tras el levantamiento del Título 42.

A primera hora de la mañana, la línea fronteriza entre El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua, se veía tranquila, sin la presencia de refugiados buscando entrar en territorio estadounidense.

La orilla de río Bravo seguía reforzada por un muro de concertina, que fue levantado por la Guardia Nacional de Texas por orden del gobernador estatal, el republicano Greg Abbott.

Solo algunas aves sobrevolaban la valla metálica de cinco metros y medio en la que hay apostados numerosos vehículos de la Patrulla Fronteriza de EU y de la Guardia Nacional, estos últimos sin identificación, así como varios acorazados.

A la altura de la puerta 42, a unos 15 kilómetros de los núcleos urbanos de ambas ciudades, se pueden ver un par de agujeros realizados en las noches pasadas por los migrantes en los alambres de espino y que los agentes estadounidenses supervisan para intentan reparar. Asimismo, del lado mexicano también patrulla algún vehículo del Ejército.

En la puerta todavía quedan tres contenedores cargados con las pertenencias que dejaron los migrantes antes de ser transportados los centros de detención y procesamiento.

Las autoridades de EU dijeron el viernes que en el primer día de levantamiento del Título 42 no registraron un aumento significativo de cruces en la frontera, a diferencia de lo que se había pronosticado.

LA ESPERA CONTINÚA EN CIUDAD JUÁREZ

Juan Ángel Pavón, un venezolano de 51 años que viaja con su mujer y sus dos hijos, contó que lleva dos meses para conseguir una cita con las autoridades de migración para poder cruzar la frontera.

Dice que llegó unos días antes de la tragedia ocurrida en el centro del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez, agregó que está "a la espera de un pronunciamiento oficial tanto por el Gobierno de México como de Estados Unidos para que haya una salida humanitaria de nosotros de este espacio".

Y mientras tanto, ya ha rellenado la aplicación de teléfono celular que ofrecen las autoridades de EU, para comenzar el proceso de solicitud de asilo.

Asegura que todo es nerviosismo e incertidumbre, que han tardado un año en llegar hasta allí, "yendo de país en país, trabajando, reuniendo los recursos para continuar viajando", y sufriendo robos y asaltos que les obligaron a comenzar de cero.

Lo peor del viaje, dice, fue la selva del Darién, entre Colombia y Panamá, donde "desde que entras hasta que sales huele a muerto" y también México, "donde la selva es de cemento" y donde "nos hemos convertido en el negocio lucrativo de mucha gente que se aprovecha de la situación".

MIGRANTES EN EL PASO ESPERAN SEGUIR

En El Paso, sigue habiendo migrantes en torno a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, que ya han sido procesados por la Patrulla Fronteriza, pero que no tienen dinero para seguir hacia su destino final en EU.

Andrés Osorio, colombiano de 31 años, cruzó irregularmente la frontera con su mujer y su hija antes del vencimiento del Título 42. El martes, decidió entregarse voluntariamente a la Patrulla Fronteriza de El Paso y el jueves fue liberado.

Quiere viajar a Denver, Colorado, donde en 60 días deberá presentarse ante las autoridades de Inmigración para continuar su proceso.

Asegura que lo peor de su viaje fueron los dos días que pasó en las dependencias de la Patrulla Fronteriza, en una sala sin colchonetas y con la "desesperación" de no saber hasta el último momento si lo iban a deportar o a dejar quedarse en el país.

Dice que habían comprado los billetes de autobús para Denver antes de decidir entregarse a las autoridades, pero perdieron el viaje y no les han devuelto el dinero, por lo que a partir de mañana tiene previsto colocarse en una esquina del centro de El Paso, donde le han dicho que a primera hora pasa gente que busca jornaleros.