Pandemia exhibió en el país dolores sociales acarreados del pasado: Iglesia católica

Ciudad de México.- Con la irrupción del nuevo coronavirus Covid-19 en México, salieron a flote cuatro dolores sociales que se venían acarreando, como el escaso del cuidado a la salud y del planeta; la desatención a la familia y la consecuente pérdida de valores; vivir de prisa y sin freno y envueltos en un espíritu materialista; además del olvido y la atención espiritual.

En su editorial del semanario “Desde la Fe”, la Arquidiócesis Primada señaló que a unos días de finalizar este 2020, serán pocas las personas en el mundo que cumplieron los planes que habían trazado al principio del año.

"A partir de la aparición del COVID-19, cualquier propósito individual o colectivo se vio afectado por la crisis sanitaria que nos ha puesto en alerta", advirtió la jerarquía católica al destacar que esta crisis sanitaria abrió oportunidades y lecciones sobre las que se deben reflexionar.

Indicó que como lo señaló el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2021, debe establecerse el cuidado como promoción de la dignidad y de los derechos de la persona, el cuidado del bien común, el cuidado mediante la solidaridad, y el cuidado y la protección de la creación.

FORTALECER LA FAMILIA

Resaltó que como segundo, se debe fortalecer a la familia, ya que "vivimos una época de inseguridad y violencia en el país, y es conocido que esta generalmente inicia en el seno familiar. Ante ello, dijo, es necesaria una apuesta decidida de los padres para fortalecer la educación en los valores, y de los adultos en general para asumirse como mentores de las nuevas generaciones".

Como tercer elemento, la Iglesia pidió priorizar lo importante, dado que toda crisis es una oportunidad para crecer y salir fortalecidos y subrayó que esta, en particular, representa un momento para aumentar nuestras convicciones y espiritualidad.

Por último, llamó a privilegiar la oración, ya que no es un pliego petitorio para que Dios nos despache y obtengamos satisfacción, sino un momento para volver a nuestra identidad más sencilla y descubrir que en su presencia todo encuentra descanso, consuelo y orden.

IMCM