¿Qué cambios ha dejado esta administración?

Foto: Cuartoscuro

Por Karina Gallardo, analista senior

Pese a lo duro que pinta el último tramo del sexenio de López Obrador, como lo explicamos en la columna pasada, algo que parece mantenerse intacto, o casi, es la aprobación del presidente. Su retórica y los cambios de fondo que se han llevado a cabo durante estos cuatro años de gobierno morenista impulsan las preferencias de la población en las encuestas.

Dos de los cambios más importantes estuvieron a cargo de la Secretaría del Trabajo. El primero y más notorio para la población trabajadora, es el aumento del 40% al salario mínimo, el cual tuvo un impacto positivo y aumentó la eficiencia del mercado de trabajo, según datos del IMCO.
El segundo gran cambio es el fin de las prácticas de subcontratación. En 2021 entró en vigor la reforma al outsourcing en México. A grandes rasgos, esta modificación prohíbe la subcontratación de personal, es decir, que ninguna Empresa puede poner a sus empleados a trabajar en beneficio de otra Empresa con el mismo objeto social. La aplicación de esta reforma aún continúa su camino, sin embargo, es un gran impulso para los derechos de los trabajadores quienes, junto con sus empresas, deben estar preparados para la adaptación al 100% a esta forma de contratación.

Otro de los puntos positivos es el manejo de la adquisición de vacunas contra Covid-19. México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue de los primeros países en unirse a la adquisición de vacunas, al día de hoy casi el 80% de los adultos en nuestro país cuenta con al menos una dosis y arriba del 60% tiene esquema completo, lo que ha disminuido notablemente la evolución grave de la enfermedad, el ingreso a hospitales y, claro, las fatalidades.

Por último está la recaudación tributaria, sobre la que los economistas señalan que se trata de uno de los mayores logros, pues de enero a junio de este año se recaudaron 2.05 billones de pesos, una cifra mayor en 2.7% con respecto al año pasado.

La incógnita es ahora si en el mediano plazo el presidente tendrá la capacidad de inspirar esa fortaleza a su partido, que ya está inmerso en el debate de la sucesión de 2024, y al candidato que resulte elegido del proceso interno, pues aun cuando millones de mexicanos manifiestan dudas, estas no han restado popularidad al presidente.