Redacción.
Unos penetrantes ojos azules enmarcados por dramáticas y distorsionadas líneas de maquillaje negro. Con esta ligera descripción más de un entendido sobre música popular, no necesariamente amante del rock y el metal, sabe perfectamente de quién se trata y no es para menos; ya que con una carrera en activo desde la década de 1960, una extensa cantidad de álbumes publicados y giras ininterrumpidas, así como la creación de su propio subgénero del rock, Alice Cooper se ha ganado a pulso su apodo de “El Padrino del Rock” y su merecido lugar en el olimpo de este género musical.
Pero como con todas las leyendas tuvo que haber un principio y el de Vincent Damon Fournier, como lo llamaron sus padres, fue el 4 de febrero de 1948, en un pueblo cercano a Detroit, Michigan. Y por más paradójico que parezca, el entonces joven Vincent creció rodeado de un ambiente cristiano, siendo su padre el predicador de una iglesia de la rama mormona.
UN MUCHACHO DE DETROIT
Tras mudarse a Phoenix el padre del chico esperaba que este siguiera sus pasos y los de su abuelo convirtiéndose en predicador, sin embargo él comenzó a interesarse en la música y formó una banda con algunos de sus compañeros de escuela para participar en un concurso local, mismo que habrían ganado cantando parodias de las canciones de grupos como The Beatles. Con el dinero del premio los muchachos, que eran Glen Buxton, Michael Bruce, Dennis Dunaway y Neal Smith; compraron sus primeros instrumentos y formaron la banda The Earwings.
La agrupación, que desde los primeros años comenzó a apostar por la puesta en escena en sus shows, cambió su nombre a The Spiders y realizó presentaciones regulares en su ciudad. Para 1967 lanzaron su primer sencillo exitoso, un cover del tema “Why Don't You Love Me”, que los convirtió en celebridades locales y les hizo ver la banda como proyecto principal, llevándolos a buscar establecerse en Los Ángeles aunque ahora bajo el nombre de Nazz.
EL MITO
Pero también en esas fechas el cantautor Todd Rundgren decidió nombrar a su banda de la misma forma, por lo que finalmente eligieron el nombre que sería inmortalizado en los anales del rock, Alice Cooper. Cabe destacar que en este punto estaría por nacer la primera leyenda urbana en torno a la banda, pues durante mucho tiempo se creyó que este nombre había surgido luego de una sesión de ouija en la que habían contactado al espíritu de una bruja, sin embargo y según las declaraciones del propio Alice, este singular nombre surgió de su búsqueda de la rareza, ya que buscaban tener un nombre que contrastara completamente con su concepto y sonido. Poco tiempo después, el cada vez más excéntrico frontman cambiaría legalmente su nombre también por el de Alice Cooper.
