Innecesaria, construcción del Ecoducto CDMX: Vecinos [VIDEO]

Por: Erick Miranda

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Fotos: Julio Torres

Con el fin de mejorar el paisaje urbano y recuperar la sustentabilidad de uno de los antiguos ríos de la Ciudad de México, la Agencia de Gestión Urbana (AGU) abrió al público el Ecoducto CDMX, ubicado sobre Viaducto Miguel Alemán, comprendido en el tramo que va de la calle Unión y a la avenida Monterrey, el cual cuenta con áreas verdes, un andador peatonal, humedales artificiales y un sistema de tratamiento de aguas residuales.


Este parque lineal, que fue abierto al público hace unos días, posee una longitud de mil 600 metros, así como múltiples pasos seguros; también cuenta con 110 bancas, 15 techumbres para resguardo del sol, 186 luminarias y 48 contactos de electricidad con opción a clavija trifásica y USB.


Durante un recorrido hecho por Diario de México, se constató que el proyecto aún se encuentra en proceso de finalización y, pese a que los cuatro tramos ya están abiertos al paso peatonal, dos se mantienen con algunos restos de obra, así como con personal que ultima las jardineras que albergan parte de los 50 mil ejemplares de plantas proyectadas.


Asimismo, el sitio de 4 mil 800 metros cuadrados y que prevé beneficiar a 300 mil habitantes de las colonias aledañas, cuenta con señalética del espacio, banquetas rehabilitadas, barandales de protección, además de ocho biodigestores y cuatro humedales artificiales que tratarán cerca de 30 mil litros de agua residual provenientes del entubado Río de la Piedad, los cuales serán distribuidos en parques públicos.


En entrevista, Héctor Faustino Ramírez Carrillo, científico y diseñador del proyecto, precisó que “la particularidad de este parque es que será autosustentable en cuanto a los requerimientos de agua y que en el mismo se recrearán múltiples elementos que conformaron originalmente a la zona lacustre de la capital, los cuales podrán integrarse y replicarse en distintas partes de la Ciudad de México para su conservación”.


Por su parte, Juana Martínez Macedo, investigadora y también diseñadora del Ecoducto, explicó que “el mayor beneficio tiene que ver con el agua del Río de la Piedad, porque cerca de seis metros cúbicos, es decir, casi 30 mil litros diarios, se podrán exportar a otras áreas verdes en la zona y el monto que se gastaba en agua tratada para riego se ahorrará (cerca de 300 mil pesos al año), además de que el parque también ayuda a disminuir el efecto de isla de calor”.


Los realizadores explicaron que este espacio verde, aparte de coadyuvar a una regulación térmica en la zona, en el primer tramo contará con la planta de tratamiento de aguas residuales, la cual funcionará a base de humedales; en el segundo tramo se encontrará un jardín de lluvia para captar y transportar agua, además de plantas aromáticas y canales con fitoplancton para reducir la presencia de dióxido de carbono (CO2) en el sitio.


En el tercer tramo se ubicará un museo de plantas y una zona cultivable, que se constituirá por tecnología chinampera y en la cual se podrá producir alimentos para consumo humano; mientras que el cuarto tramo mantendrá un aspecto más estético con un espejo de agua. En un plazo aproximado a los tres meses el proyecto estará concluido.


Vecinos Inconformes


Pese a lo ambicioso del proyecto, vecinos y personas que laboran en la zona coincidieron en que “no es funcional”. “Yo no le veo mucha utilidad; quizá para algunos peatones sí está bonito y todo, pero la verdad a mi no me dan ganas de caminar entre tanta contaminación, ruido y estrés. La idea es buena, pero creo que el lugar no es el indicado”, comentó Lizeth Barajas, quien trabaja cerca del lugar.


Epifanio Reyes, quien es bolero, manifestó que “a mi se me hace un gasto innecesario, porque ni siquiera se ve. Uno tendría que verlo desde arriba para saber si ayudó al paisaje. Además, los únicos que se metían ahí eran los indigentes; mejor hubieran remodelado los parques de la zona… Quizá si pusieran seguridad pues sí disminuiría esa gente, pero si no pues ya hasta les arreglaron el lugar y los van agarrar, pero ahora sentados”.


“Algo que preocupa y lo en que varios coincidimos, es que no sabemos del todo cómo es que construyeron el parque, porque a las entradas se ve que sólo está sostenido de las orillas con vigas metálicas, pero quién sabe si con el tiempo aguante el peso de toda la obra, esperemos que después no se vaya a reventar el acueducto, porque ahí sí podría haber un gran riesgo”, apuntó Gerardo Arceo, vecino de la zona.