La crónica de una herida sin sanar, megasimulacro del 19 de septiembre

Por Nadia Alcázar / Fotos: Julio Ortega, Cuartoscuro

Por un minuto la Ciudad de México quedó en silencio la tarde de este miércoles por el recuerdo de nuestros 369 hermanos caídos en el país por el terremoto del 19-S.

Justo a las 13:14 horas los capitalinos que sobrevivimos al sismo del 19 de septiembre del año pasado, guardamos silencio durante un minuto en honor a los que ya no nos acompañan y que murieron debido a los derrumbes provocados por el temblor y la corrupción que tiñeron de rojo nuestra ciudad.

Al igual que hace un año dejamos de lado nuestra diferencias, olvidamos nuestro enojo y nos unimos nuevamente para tratar de sanar la herida sin cicatrizar que nos dejó el sismo de magnitud 7.1 que sacudió a la capital, juntos participamos en el megasimulacro que se realizó en punto de las 13:14 horas.

Desde la madrugada, en el Colegio Enrique Rebsamen, donde la corrupción nos arrebató a 19 niños y siete adultos, familiares de las víctimas colocaron coronas de flores, por la mañana se ofreció una misa por el descanso eterno de las personas que nos abandonaron demasiado pronto.

Entre lágrimas recordaron a sus muertos, con rezos los honraron y con el corazón en la mano escucharon la alerta sísmica sonar, para participar en el megasimulacro en un zona donde sólo hay escombros de lo que hace un año fue una escuela, en un lugar donde, al parecer, la justicia nunca llegará. 

 

Más al centro de la Ciudad de México, en la colonia Obrera, Nala una de las perras rescatistas que se convirtió en héroe el año pasado, regresó a la fábrica textil de Chimalpopoca, donde en 2017 logró rescatar a siete personas, de las cuales sólo sobrevivieron dos.

Los empleados de la fábrica fallecieron por negligencia, ya que desde 2004 la estructura presentaba grietas, pero a nadie le importó hasta que el sismo se llevó a 21 personas.

Nala, una hermosa Golden Retrieve, llegó hace un año casi de inmediato al lugar y este día se presentó sin falta para honrar a las víctimas y acompañar a los que sobrevivimos.

En el número 286 de la calle Álvaro Obregón, en la colonia Roma, donde antes se encontraba uno de los edificios que cayó a causa del sismo, se reunieron desde temprano rescatistas, amigos y familiares de las más de 200 víctimas mortales en la capital por el temblor.

Durante el minuto de silencio, con lágrimas en los ojos, levantaron su puño en solidaridad, exigiendo una mejor cultura de protección civil.

También pidieron por los vivos, por aquellos que a pesar de seguir aquí se quedaron sin nada. Por las personas que sus casas colapsaron o quedaron dañadas irremediablemente. Alzaron la voz para que la reconstrucción que prometieron las autoridades llegue.

Los sobrevivientes, esas personas que después de 365 días siguen sin hogar, que deambulan por la ciudad entre refugios y casas ajenas continúan en espera de que las promesas de un Gobierno se cumplan y les otorgue la ayuda esperada.

En varias partes de la capital se manifestaron aquellos que no homenajean, aquellos que pocos recuerdan.

Los damnificados del Multifamiliar Tlalpan se unieron, como lo han hecho en varias ocasiones, para pedir ayuda y exigir al Gobierno de la Ciudad de México apoyos más realistas, soluciones tajantes y un hogar al cual regresar por las noches. Lloraron por sus muertos y los recordaron, pero también pidieron no ser olvidados.