Lo leí en Círculo de Poesía

Las voces fractales de En el lugar de la luz

 

Por Fernando Salazar Torres

 

En el lugar de la luz. Poetas de los cinco continentes (Círculo de Poesía ediciones, 2018) es una muestra poética que reúne a autores de los cinco territorios continentales, además, tiene como propósito construir una curaduría muy actual para hacer visibles algunos de los procedimientos poéticos propios de sus lenguas de origen, así como percibir la variedad de ritmos, voces, discursos, programas estéticos y tentativas estilísticas, que podrían resultar, en apariencia, lejanas a la poesía en español, no obstante resulta ser un fenómeno compartido más allá de los idiomas, y se vuelve una prioridad, en ocasiones hasta ideológica y, en otros casos, estética. La antología reúne a 14 poetas, todos versátiles, pese a que algunos comparten ciertos caracteres por motivos no necesariamente creativos, pues no suenan iguales y menos todavía son afines en sus estructuras literarias. Entonces, ¿cuáles serían los criterios para elaborar un trabajo que antóloga una variedad poética? Ensayo una hipótesis: la Historia detrás de la cual la propia poesía es reflejo de un estado o condición actual del ser humano. Los modos de vida, ciertamente, entre los ciudadanos de África y de Europa, incluso de América, son disímiles, complejos, antagónicos, colmados de contrariedades y vicisitudes. Justamente esta variedad de diferencias vitales, injusticias y condiciones sociales pueden ser testimonio y función para y del acto lírico. Incluso este mismo, el yo lírico, sufre su disociación y disolución en poetas como Abreu Paxe (Angola) para quien el fragmento y la combinación idiomática parecen ser el eje creador, el segmento de oración construido y pegado junto a otros trozos elocutivos a partir de la alteración gramatical y la ausencia de una lógica sintáctica.

Dicha prosa es muy diferente, otro ejemplo, de la prosa de Michael Brennan (Australia) cuyo móvil parece ser la ausencia de signos de puntuación aunque en realidad es el ritmo el que brinda el sentido y el método de composición. Este sistema no prevalece completamente en todo su trabajo, pero sí la forma de la prosa; entonces es el ritmo de la narración la que forma la idea poética en cuyo caso más notable es el poema “El mundo ya era el mundo”, mismo que está publicado en la antología. En contraste, Sasha Pimentel (Filipinas), autora de una manera poética fronteriza, transita el verso, la prosa y el versículo, combinándolos, al nivel del híbrido en el enunciado. Reflejo de ello podría ser su vida justamente en un territorio geográficamente fronterizo, entre Estados Unidos y México; la naturaleza de su poética es igualmente la narrativa en sus variedades elocutivas.

Nii Parkes (Ghana) también comparte la importancia de la anécdota, el tiempo coloquial como mecanismo de composición y aunque sus poemas están más próximos al verso libre y blanco, en ocasiones traza una narración casi absoluta, tal es el caso de sus poemas “Nuestro amor está aquí para quedarse” y “Árbol del tiempo invisible”. Pese al contraste del estilo de los títulos de estos poemas, el primero formula, en su expresión, una acción manifiestamente presente en el poema, un acto que siempre está sucediendo, mientras, en el segundo poema, el tiempo verbal es el pasado transmutado en presente. Es decir, el manejo temporal entre un poema y otro constituye el efecto poético.

En el caso de los poetas hasta ahora mencionados, ¿esta manera de ser, poesía-narrativa, obedece más a una exigencia ideológica que formal? Parece ser que sí, no a manera de capricho, sino como una condición histórica, transhistórica, pues el cruce de los varios discursos padecidos a lo largo del siglo XX, en países periféricos, es manifiesto actualmente en un tipo de lírica que rompe el género literario. Ya no es el ejercicio de la libertad política y social que rompe paradigmas, sino la ruptura de esquemas monumentales de la tipología literaria. Este fenómeno, me parece, está presente en los poetas mencionados; su versatilidad y las características heterogéneas de sus voces tienen un eje común: el tono de la conversación. Contrariamente a ellos, Bas Kwakman (Holanda), que también posee ese hilo del coloquialismo lingüístico, se distingue por su ironía; la sorpresa y lo lúdico gravitan en el sin sentido de las conversaciones, expresiones y diálogos de sus personajes.

Otro rasgo compartido entre estos poetas es su herencia de la poesía en lengua inglesa, justo el tono conversacional constituido a lo largo del siglo XX cuyo fundamento, sin duda, se encuentra más atrás y directamente en Wal Whitman. Señalo esto, porque James Byrne (Inglaterra), quien de igual manera forma parte de este grupo de lo que denomino la poesía narrada, de la lírica de la prosa, da testimonio en su poema “Los Budas de Bamiyan” de dos paratextos o architextos constitutivos ideológicamente como un modo de lectura o forma de recepción de este tipo de poesía, en particular una de ellas, me refiero a Ezra Pound.

Un poeta incluido en la antología cuyo camino también es la prosa es Miguel Ángel Zapata (Perú), sin embargo su herencia es el poema en prosa francés, es una construcción a la manera de Charles Baudelaire, enaltecer lo nimio, grandilocuencia de lo pasajero, “Yo solo escribo lo que veo, por eso camino”, escribe el poeta. Para mí es revelador este verso, porque opera como un acta poética.

Otras miradas en los fractales de la antología En el lugar de la luz, no tanto por la obediencia del verso, ya sea medido o no, como por la fuerza de la epifanía y el armamento de lo sentimental, sino también por la linealidad de la historia son los poetas Enrique Solinas (Argentina), Paura Rodríguez Leytón (Bolivia), Ko Un (Corea del Sur), Sujata Bhatt (India) y Uchechi Kalu (Nigeria). En el caso de la boliviana, el ritmo como movimiento del verso, sea recortándolo sin necesidad de encabalgar las expresiones, o bien, alargándolo; entre lo decoroso y lo coloquial, su poesía contiene el ritmo de la nostalgia.

Un caso especial merece Ko Un, no solo porque fue el poeta galardonado por Círculo de Poesía con el Premio Internacional de Poesía Nuevo Siglo de Oro 2018, sino porque, independientemente de la traducción, en el español puede leerse una poética de una historia personal que se universaliza, por ejemplo, me asombra el verso, “Estar vivo es como el mar sin velas a la vista”, por la imagen. Es cierto que este poeta está más próximo a una tradición o canon del verso teniendo en cuenta que la lírica occidental ha cobrado fuerte impacto en la construcción de la poesía de Oriente a partir del siglo XX.

Esta antología universal sirve tanto para el lector especializado como para aquel que comienza a leer poesía, pues es una muestra verdaderamente completa de lo que actualmente se escribe en el mundo, en otras lenguas. En el lugar de la luz señala el camino del multiforme aspecto y condiciones de la lírica contemporánea.