Lo leí en Círculo de Poesía

Lo leí en Círculo de Poesía

Miguel León-Portilla, poeta mexicano

Por Mario Bojórquez

El Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México que año con año organiza la revista electrónica de literatura Círculo de Poesía, publica una antología anual de autores de los cinco continentes y de las más diversas lenguas que se dan cita para celebrar la actualidad de la poesía mundial.  

Hacia 1490, casi treinta años antes de que Hernán Cortés llegara a México,  el príncipe y poeta Tecayehuatzin de Huexotzinco, reunió por primera vez a los sabios y poetas del Anáhuac para discutir cuál era el propósito de la existencia del hombre sobre la Tierra, a los anales o antología de poemas de esa antigua reunión de sabios prehispánicos se le conoce como el “Diálogo de la Flor y el Canto”, que en traducción de don Miguel León-Portilla abre el volumen Sólo una vez aquí en la tierra – Cincuenta y dos poetas del mundo publicada bajo el sello de Círculo de Poesía y Valparaíso México. 

Del interior del cielo vienen  

las bellas flores, los bellos cantos. 

Los afea nuestro anhelo, 

Nuestra inventiva los echa a perder, 

a no ser los del príncipe chichimeca Tecayehuatzin. 

¡Con los de él, alegraos! 

De este modo saluda Ayocuan Cuetzpaltzin, señor de Tecamachalco, la poesía de su anfitrión Tecayehuatzin, y así se van sucediendo en la palabra cada uno de los poetas convocados a la reunión, todos opinando sobre el tema y llegando a la feliz conclusión de que el hombre ha venido a la tierra para entonar cantos de poesía y para practicar la amistad, así de este modo Tecayehuatzin concluye el diálogo con estos versos: 

Y ahora, oh amigos, 

escuchad 

el sueño de una palabra: 

Cada primavera nos hace vivir, 

la dorada mazorca 

nos refrigera, 

la mazorca rojiza 

se nos torna un collar. 

¡Sabemos que son verdaderos 

los corazones de nuestros amigos! 

Poesía y amistad son los valores máximos que encuentran los antiguos sabios y poetas mexicanos anteriores al español. Apenas tres años antes, en 1487, con la consagración del Templo Mayor de Tenochtitlan, se habrían sacrificado a Huitzilopochtli 84 mil personas, cifra que revela el poderío mexica frente a los pueblos sojuzgados que aportaban los tributos y la gente para los sacrificios. Ante la instauración de la filosofía guerrera mexica, “la muerte a filo de obsidiana” en sus guerras floridas, Tecayehuatzin y sus amigos proponen “al menos flores, al menos cantos”, poesía y amistad bajo el culto de Tloque Nahuaque, “el dueño del cerca y del junto”, el Tonacatecuhtli, “el señor de nuestra carne”, el Ipalnemohuani, “aquel por quien se vive”. 

Don Miguel León-Portilla ha consagrado sus eminentes estudios a la recuperación e interpretación del pensamiento prehispánico a través de obras fundamentales, como “Los antiguos mexicanos”, “Trece poetas del mundo náhuatl” o “La visión de los vencidos”, en Sólo una vez aquí en la tierra – Cincuenta y dos poetas del mundo, el propio Miguel León-Portilla, nos ofrece un poema de su autoría en lengua náhuatl. 

Ihcuac tlahtolli ye miqui 

mochi in teoyotl, 

cicitlaltin, tonatiuh ihuan metztli; 

mochi in tlacayotl, 

neyolnonotzaliztli ihuan huelicamatiliztli, 

ayocmo neci 

inon tezcapan. 

La angustia de que una lengua se pierda y con ella un universo de significaciones, hace lamentarse al poeta Miguel León-Portilla e invitarnos a estar atentos especialmente en este año dedicado a las 67 lenguas originarias y a sus más de 250 variaciones dialectales en México. 

Cuando muere una lengua 

las cosas divinas, 

estrellas, sol y luna; 

las cosas humanas, 

pensar y sentir, 

no se reflejan ya 

en ese espejo. 

Con autores de Alemania, Argentina, Australia, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Ghana, India, Italia, Macedonia, Marruecos, Palestina, Perú, Rusia, Serbia, Siria, Suecia, Turquía, Ucrania, Uruguay y México, la presencia de dos candidatos al Premio Nobel Adonis de Siria y Bei Dao de China, así como la obra del poeta mexicano Eduardo Lizalde, una de las voces más altas de la lengua española (quien cumple noventa años de edad este 2019), se consigue una mirada profunda de la poesía contemporánea que ahora mismo se escribe en África, Asia, Europa, Oceanía y América. 

Cincuenta dos años cumplen un ciclo de cuatro amarraduras de años o “tlapillis”, cuatro trecenas de años equivalen a un siglo nahua, la ceremonia del fuego nuevo ocurre cada cincuenta dos años. Bajo el amparo del dios Xochipilli, el Joven Príncipe de las Flores, patrono de los poetas y de los cantores, nos reúne este libro del mismo modo en que se reunieron los antiguos poetas del México anterior a la Conquista, como muy bien nos lo refiere don Miguel Léón-Portilla: “El diálogo tiene lugar hacia el año 1490. Varios maestros de la palabra, venidos de diversos lugares se reúnen en casa del señor Tecayehuatzin, príncipe de Huexotzinco. Los invitados se acomodan en esteras bajo la sombra de frondosos ahuehuetes en algún huerto cercano al palacio de su huésped Tecayehuatzin. Como es costumbre, antes de dar principio al diálogo, los criados distribuyen el tabaco y las jícaras de espumoso chocolate.” Esa es la filosofía que guarda este libro de poemas de refinada y varia belleza, tradiciones lingüísticas y maneras de pensar tan diversas que en un solo tomo nos recuerdan las ideas de los antiguos mexicanos: “flor y canto, poesía y arte, es precisamente lo que hace posible la reunión de los amigos”.

Aquí puedes conseguir el libro:

https://circulodepoesia.com/tienda/index.php/producto/solo-una-vez-aqui-en-la-tierra-cincuenta-y-dos-poetas-del-mundo/