Esto de la Guía Bioética, de la que por cierto se deslindó la UNAM, que habla de darle preferencia a los jóvenes de usar un respirador cuando esté enfermo de Covid- 19, y no a los adultos mayores, ha causado mucha polémica. Y es que es como desdeñar y desechar a los adultos mayores en general, pero no se debe olvidar que hay muchos de ellos dueños de empresas micro, medianas y grandes que dan trabajo y hay mucha gente de la tercera edad, de esos que ahora parecen ser desechables, que apoyan a sus hijos, incluso a aquellos que ya están grandes o casados, tal vez con alojamiento o trabajo, porque ya no es tan fácil comprarse una casa. Desechar la experiencia de la gente grande es lamentable, porque ¿Quién va a poder decidir quién es más útil al país? Hay gente que trabaja como empacador o “viene viene” en supermercados, o tal vez repartiendo comida a domicilio, mientras muchos jóvenes delinquen, por eso “sacrificarlos” suena descabellado. Pero es más descabellada la falta de previsión de nuestros gobernantes en el sector salud… El empresario Israel Amador continúa con la entrega masiva de cubrebocas ecológicos en diversas comunidades de Tlalnepantla y apoya también a familias desprotegidas de otros municipios y estados, lo mismo que en hospitales, para hacer donaciones de cubrebocas al personal médico y administrativo, como las clínicas 72 y 58 del IMSS, el hospital general de La Raza, así como en el DIF de Tlalnepantla. Bueno, pues no estaría mal que se diera una vueltecita por el Hospital de Traumatología del IMSS en Lomas Verdes, en donde el personal médico, enfermeras y personal administrativo y de intendencia se ha tenido que comprar su equipo, ya que el que les llegó es de muy mala calidad…Sería bueno que los líderes sindicales del sector Salud asomaran la cabeza para pedir medidas de protección para sus afiliados, como Domingo Ortuño, quien sólo se asoma para perpetuarse en el cargo y conseguirle puestos a su hijo y a sus allegados.
