Los Derechos de la Niñez y la Aldea Nawake

En el blog "Apuntes desde el Encierro" abrimos un espacio a nuestra audiencia para que exprese sus vivencias, puntos de vista y experiencias sobre el tema de la pandemia mundial del coronavirus Covid-19. Los textos, videos e imágenes compartidas por nuestros usuarios no reflejan la línea editorial de Diario de México y son responsabilidad de quienes lo envían.

Por Alejandro Rosenmbert

Si uno mira la labor legislativa en el Senado de la República, durante la Legislatura anterior, de la senadora Martha Elena García Gómez, mientras presidió la Comisión de Comisión de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia, su interés por los derechos de los niños y de los adolescentes, parece ser completamente genuino.

Durante su gestión en el Senado, mientras fue presidenta de esa Comisión, se aprobó la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Esto constituyó sin duda un avance sustancial, en materia de los derechos humanos.

Al respecto, en el dictamen de dicha Ley, la senadora Martha Elena García Gómez, clamaba que: “Las procuradurías de protección deben de ser instaladas a la brevedad para que la niñez y adolescencia cuenten con un medio de defensa, protección y restitución de sus derechos.”

Martha Elena García Gómez, quien fuera senadora en la anterior legislatura, actualmente es diputada federal y también preside la comisión a cargo de los Derechos de la Niñez.

Hago la aclaración porque en mi artículo del día de ayer, publicado gentilmente por el Diario de México, me refería a ella como si actualmente fuera senadora de la República, cuando en realidad ahora es diputada federal.

Lo cierto es que, acorde a su trabajo legislativo, lo que se podría esperar de ella es que se preocupe, de una manera sana y pertinente, por lo que sucede en la Aldea Nawake, cita en el estado de Nayarit, al que ella representa, con la participación de niñas, niños y adolescentes, en procesos de drogadicción colectivos, en donde niños y niñas miran y ayudan a suministrar estupefacientes y alucinógenos, como el veneno del sapo alvaruis, todo disfrazado de “ritual ancestral”, de “medicina sagrada”, de “cura para todas las enfermedades físicas y espirituales” e incluso de cura para “todos los virus”. Como se prueba en la fotografía que acompañaba la nota del día de ayer, publicada incluso en el Facebook de la Aldea Nawake.

Muchas veces no tenemos en cuenta que, incluso la autoridad, está constituida por personas de carne y hueso, que a veces aún cuando tengan un interés legítimo en un tema, pueden no conocer una situación, o los riesgos que implica para la población en general, y en particular para la niñez, la participación en esta clase de prácticas y de consumos.

Por el consumo de la droga alucinógena que se produce con el veneno de las glándulas del sapo alvarius, ya ha muerto gente. Como ha sido el caso del fotógrafo de la revista Vogue, José Luis Abad, en España, a manos del actor porno conocido como Nacho Vidal, cuyo nombre real es Ignacio Jordá González, todo durante un supuesto ritual chamánico. El caso tuvo amplias repercusiones en España. Los hechos sucedieron en julio de 2019. A pesar de esto no se ha producido un verdadero debate en la opinión pública sobre lo que se oculta detrás de estos supuestos rituales. Neochamanes que hacen su negocio vendiéndole a la gente una droga alucinógena extraída de las glándulas de un sapo, con la macabra mentira de que esto constituye una medicina, y que además cura todas las enfermedades.

En una nota del periódico español El País, de fecha 4 de junio de 2020, se afirma que: “En unas glándulas detrás de la cabeza almacena una secreción que, deshidratada y después fumada, contiene un explosivo cóctel de alcaloides psicoactivos, sobre todo, el 5-MeO-DMT. La molécula, presente en dosis bajas en el propio cerebro humano, provoca, al circular por los receptores, de la serotonina breves, pero agudísimos estados de alteración o rapto de la conciencia.” Se refiere a las secreciones de las glándulas del sapo.

Los participantes en dichas ceremonias relatan que muchas veces vomitan por días y llegan a tener ataques de pánico que pueden durar al menos un mes, pero los “facilitadores” de la droga, como se hacen llamar, les venden que esto es porque los está liberando del Karma, incluso del Karma de sus ancestros, y que esto los curará de todos los males físicos y espirituales. Una enorme y burda mentira. Lo mismo sucede con el proceso de envenenamiento al que le llaman “la medicina del Kambo”.

Incluso se ha publicado en este medio, una entrevista al doctor José de Jesús Rivera Sánchez, quien es coordinador de Maestrías y Doctorados de la UNAM de la sede del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, al respecto sostiene una sentencia lapidaria, cuando dice que “comercializar con la droga del sapo alvarius, es narcotráfico disfrazado de medicina”.

Sobre este tema hay que mencionar que en Estados Unidos es una sustancia prohibida y ampliamente perseguida por la DEA. A esto hay que sumarle que es el veneno del sapo alvarius es considerado uno de los alucinógenos más fuertes del mundo.

Seguramente de conocer el tema a profundidad, la actual diputada Martha Elena García, se preocupará por defender los derechos de la niñez en su estado, como lo ha hecho a nivel federal, y no permitirá que en este “centro holístico”, llamado Aldea Nawake, de Nayarit, continúe corrompiendo a menores, violando los derechos de la niñez y vendiendo estos procesos bajo el manto de la mentira de hacerlos pasar como “ritos ancestrales”, o “medicinas sagradas.”

A esto hay que sumarle que en medio de la pandemia, “el chamán” de la Aldea Nawake” Richi Morales, que en realidad se llama Ricardo Morales Fuentes, y su mujer “la Chamana” Xochitl Suárez, venden falsas curas contra el coronavirus, como el temazcal, “fumar sapito” como le llaman al consumo del veneno del sapo alvarius y la “medicina del Kambo”, que no es otra cosa que un proceso de envenenamiento consistente en colocarle el veneno de la rana llamada Kambo, a la víctima, a través de unos agujeritos realizados en el brazo en el caso de los hombres y en la pierna si se trata de una mujer.

La actual diputada Martha Elena García, quién ha padecido coronavirus, y ha tenido al menos otros cuatro familiares con esta enfermedad, seguramente comprenderá la gravedad de lo que estamos hablando.

La actual diputada Martha Elena García, es también esposa del exgobernador Antonio Echavarría Domínguez y madre del actual gobernador Antonio Echavarría García, a quién debería urgirlo a tomar el caso en sus manos, y no ser omiso ante un fraude de tal magnitud, en medio de una pandemia que exige a todos, como seres humanos, mayor compromiso con los demás y con toda la sociedad.