Toda una polémica ha desatado el aumento al costo del pasaje en el Estado de México, pero hay algunos puntos interesantes para poder llegar a esos acuerdos, que incluso el diputado morenista Francisco Vázquez Rodríguez señaló en entrevista, como el acabar con las chatarras. Y es que de verdad es terrible, peligroso y vergonzoso ver cómo circulan unidades viejas, destartaladas, contaminantes e inseguras que por décadas han prestado servicio a los mexiquenses que van con el Jesús en la boca, porque además los conductores no están capacitados para manejar esas unidades. Y sí, el ajuste al costo del pasaje es una noticia que provoca críticas, pero el gobierno mexiquense que encabeza la gobernadora Delfina Gómez hizo estos acuerdos, como la puerta de entrada a la renovación obligatoria del parque vehicular, el mantenimiento constante, la limpieza diaria y la capacitación de los operadores, que son los nuevos requisitos no negociables para operar, así como la videovigilancia dentro de las unidades, las pruebas toxicológicas para los conductores y las revisiones mecánicas rigurosas. Esperemos que de verdad esta estrategia del gobierno mexiquense funcione y la Secretaría de Movilidad cumpla con la supervisión de estos requisitos. De hecho, el líder transportista Odilón López Nava, aseguró que estos compromisos se van a cumplir, que hay la disposición, porque a todos conviene la modernización del transporte…La que se vio francamente mal cuando alabó al presidente municipal de Toluca, fue la diputada Paola Jiménez, pues aseguró en tribuna que “Ricardo Moreno le ha devuelto el brillo a Toluca”, pero la expriista debería mejor exigirle resultados en materia de bacheo y seguridad. Esto, durante la discusión de la propuesta para que la el dulce típico de la Feria del Alfeñique fuese declarado patrimonio cultural inmaterial del Estado de México. Y sí Ricardo Moreno le devolvió el brillo a Toluca, porque brilla por su ausencia la eficiencia del presidente municipal, que hace propuestas dulces, cuando los habitantes de Toluca viven una amarga realidad.
