Ciudad de México.- En las últimas horas del 14 de febrero, un joven de aproximadamente 25 años de edad perdió la vida en un respiradero de drenaje ubicado en la calle Canal de Río Churubusco, a la altura de la colonia Área Federal Central de Abasto, en la alcaldía Iztapalapa en la Ciudad de México. Según las primeras versiones, el hombre, que se encontraba en situación vulnerable, habría entrado al respiradero de aguas negras donde solía dormir y refugiarse durante el día. Fue hasta que otras personas en la misma situación ingresaron al respiradero que descubrieron su cuerpo sin vida.
Los servicios de emergencia, elementos policiacos y una ambulancia llegaron al lugar, y los bomberos acudieron para rescatar el cuerpo y permitir la intervención de los servicios periciales de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX). Los paramédicos solo pudieron confirmar que el joven ya no tenía signos vitales, y se sospecha que la causa de la muerte pudo haber sido una intoxicación por los gases que emite el respiradero.
Este trágico incidente recuerda la importancia de estar alerta y evitar la exposición a niveles altos de gases tóxicos en lugares como los respiraderos de drenaje. En este sentido, es fundamental que las autoridades correspondientes adopten medidas para prevenir futuros incidentes de este tipo y garantizar la seguridad de las personas vulnerables que se ven obligadas a recurrir a estas condiciones precarias.
Además, este hecho evoca la tragedia ocurrida el pasado 10 de noviembre de 2022, en donde dos hermanas perdieron la vida al caer en un registro abierto de aguas negras en la Ciudad de México. Sofía de 16 años y Esmeralda de 23 años cayeron en el registro cuando se dirigían a un concierto, y Esmeralda se desmayó por la inhalación de gases tóxicos al intentar rescatar a su hermana menor. Este incidente demuestra la importancia de mantener la seguridad en la infraestructura urbana para evitar tragedias que lamentablemente se pueden prevenir.
