Tala ilegal, una bomba de tiempo que amenaza al sur de la CDMX

bosque de tlalpan

 

  • Tras bloqueo de comuneros, autoridades se reúnen para tratar tala ilegal
  • El problema tiene la capacidad de generar una crisis ambiental al sur de la capital
  • Hasta el momento, las acciones de las autoridades han demostrado ser ineficientes para parar a los talamontes

Ciudad de México.- Martí Batres Guadarrama, nuevo jefe de Gobierno de la Ciudad de México, se reunió con mandos de la Guardia Nacional, Secretaría de la Defensa Nacional y Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina para abordar el tema de la tala ilegal de bosques al sur de la capital.

En el encuentro también participaron representantes de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y de la Secretaría de Gobernación.

La junta ocurre tras el bloqueo de la carretera México - Cuernavaca por parte de comuneros capitalinos que denuncian el incremento en la tala ilegal concentrada en las alcaldías de Tlalpan y Milpa Alta, colindantes con el estado de Morelos y donde se ubica una gran cantidad de bosques, vitales para la biodiversidad y la recarga de mantos acuíferos.

De acuerdo con las denuncias, cada vez es más frecuente la presencia de talamontes fuertemente armados, quienes extraen madera de manera ilegal ante la mirada impotente de los gobiernos locales.

Hasta el momento, las acciones y operativos parecen ser insuficientes para detener esta acción supuestamente ligada al crimen organizado.

Autoridades llegan a acuerdos con comuneros

En su cuenta de Twitter, Batres también informó que funcionarios del Gobierno federal, así como del Gobierno capitalino, se reunieron con comuneros de Tlalpan y Milpa Alta, con quienes acordaron operativos conjuntos contra los talamontes.

Tala ilegal, problema que amenaza la gobernabilidad al sur de la capital

La explotación clandestina de recursos maderables es un asunto que debería llamar la atención de las autoridades por su potencial de detonar un conflicto severo al sur de la Ciudad de México.

Y es que se sabe que la reducción de la masa forestal de manera descontrolada incide negativamente en la cantidad de lluvias, recurso invaluable para las familias que viven de la agricultura en pueblos como San Miguel Topilejo, San Miguel Xicalco, Parres, Santo Tomás Ajusco, entre otros.

Sin embargo, el problema va más allá de la reducción de cosechas, pues de continuar la tala indiscriminada, la zona puede experimentar un colapso ambiental, sinónimo de pobreza y malestar social entre los campesinos.