Vivir entre disparos y amenazas, la historia de una extorsión en la BJ

Por Aarón Cruz Soto  

—Macoy vas a valer verga ahorita, voy a regresar puto y te voy a volar a la chingada—, escuchó Edgar mientras levantaba un bote de basura junto con su ayudante de su negocio de comida. Al voltear para ver quien le gritaba, observó a Juan “N”, “El Pinky”, quien, a bordo de una motocicleta roja, junto con otro sujeto llamado Jorge, lo amenazaban, al instante empezó a escuchar disparos contra él. 

Ese día “El Pinky” vestía un pantalón beige, una playera tipo polo blanca y una gorra de beisbol, se presentó en la casa de Édgar para cumplir sus amenazas. Llegó en su moto con una pistola, cortó cartucho, disparó contra Édgar y a su casa varias veces.  

Edgar y su familia sólo lograron tirarse al piso y protegerse detrás del muro de su hogar. Después del ataque, se reincorporaron, vieron que también el auto de su vecino tenía marcas de balas y en las paredes del fondo de su vivienda, tras ello, Édgar llamó a la policía para que lo auxiliaran.  

ALCALDIA

 En los Álamos, bajo la amenaza de muerte  

Mes a mes, Édgar había sufrido las amenazas del “Pinky”, tenía un puesto de comida en la colonia Álamos, en la alcaldía Benito Juárez, pero el agresor llegaba a pedirle dinero y comida gratuita, incluso, asegura la víctima, le pidió 300 pesos casi diarios. Édgar dejó de salir para evitar darle dinero a su extorsionador que lo esperaba afuera.  

Fue el 15 de agosto, cuando se encontraba en el patio de su casa en compañía de su esposa, cuando escuchó como rompían los cristales, por lo que salió y alcanzó a ver al criminal. 

—Ya valiste verga, mañana vas a valer verga—, gritó “El Pinky” mientras se alejaba en su moto.  

Édgar levantó una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia en la Agencia del Ministerio Público BJ 3, con el número de carpeta CI-FIBJ/BJ-3/UI-2 S/D/02702/08-2021, por el delito de daño a la propiedad con amenazas y fue el 16 de agosto, que como lo prometió “El Pinky”, lo intentó asesinar. 

—Me decía que era de la mafia, que la idea era rentearme para que no tuviera problemas con ellos, narró Édgar a Diario de México. 

Contó que la última vez, ya harto, no le dio dinero, pero “El Pinky” se enojó y desde entonces empezó todo, amenazas, disparos y miedo por la vida de su familia, además, ahora como consta en la carpeta de investigación, sufre los estragos psicológicos del ataque.  

“El Pinky” sigue libre y a pesar de la denuncia hecha y las diversas quejas de los vecinos para que la policía haga algo, las extorsiones siguen.