Comunidades mayas aledañas a Chichén Itzá acusan al INAH por discriminación

Redacción

Ciudad de México.- Comunidades indígenas mayas de Pisté y Xcalakoop, que colindan al noroeste y al sureste respectivamente con la zona arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán, presentaron amparos en contra del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por su omisión a “garantizar su derecho a la cultura, la identidad y al patrimonio cultural en cuanto al aprovechamiento económico, así como a la participación, la información e inclusión en la administración, desarrollo y/o manejo de la zona arqueológica de Chichén Itzá”.

Los recursos señalan también la omisión del INAH y otras autoridades locales para “garantizar el derecho a la igualdad y no discriminación” de estos pueblos indígenas mayas con respecto a la participación de sus integrantes en la administración, uso, aprovechamiento de beneficios económicos compartidos generados por la administración, resguardo y cuidado de la zona arqueológica de Chichén Itzá.

Ambos juicios fueron interpuestos con apoyo de la organización Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC), la cual lleva más de 15 años acompañando a comunidades indígenas y grupos de ejidatarios/as en la defensa de su derecho a la tierra y el territorio. 

En los procedimientos jurídicos presentados, las personas que integran estas localidades yucatecas explicaron que son descendientes de los pueblos indígenas mayas que habitaban la región “desde antes de la colonización llevada a cabo por Estados extranjeros”, por lo que se autoadscriben como indígenas según lo dispuesto por el artículo 2o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en relación con el artículo 1.2 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

HEMOS SUBSISTIDO A CAMBIOS

Estas comunidades detallan que históricamente han “convivido, poseído, usado y disfrutado de forma permanente su territorio, bienes naturales y su patrimonio cultural material e inmaterial”, y que a lo largo de los siglos han transitado a los cambios sociales, políticos, económicos y culturales, adaptando sus formas de vida y “asimilando de forma forzada” su identidad a dichos cambios, señaló Armando Dzul Mex, comisariado del ejido Pisté.

“Derivado de dicho contexto, nuestra forma de vida y subsistencia se vio impactada a que el principal ingreso de nuestra comunidad dependiera en gran medida del turismo y los bienes y servicios que se prestan para dicho fin, ya que la zona arqueológica, ha generado una atracción visitada por miles de turistas extranjeros y nacionales, según los datos oficiales, la zona arqueológica de Chichén Itzá recibió 2 millones 630 mil 496 visitantes durante 2022”, indicó el comisariado. 

Es así, que los amparos de Pisté y Xcalakoop señalan que muchas familias de esta región se dedican a la fabricar y vender piezas artesanales de tallado de madera, así como bordados y artesanías de palma, todo ello, con la disponibilidad de los bienes naturales y culturales que se encuentran en su territorio, con la que representan gran parte de su identidad como pueblo Maya.

Pero pese a lo anterior, “el INAH nos ha excluido sistemáticamente a estas dos comunidades de participar en las actividades económicas que se llevan a cabo en Chichen Itzá, sin considerar que nuestras comunidades son quienes sufren día con día las afectaciones directas del turismo, lo que significa una violación a nuestro derecho al aprovechamiento económico de la zona arqueológica, y en los hechos se traduce en un acto de discriminación”, declaró Jeremías Cimé Ciau, presidente del comisariado ejidal de Xcalakoop. 

Los recursos interpuestos por las comunidades mayas indican que “el uso de nuestro patrimonio cultural se ha desarrollado sin nuestra participación, ya que tanto en la utilización como aprovechamiento de la zona arqueológica no se establecen mecanismos que nos permitan obtener un beneficio económico, vulnerando nuestro derecho al patrimonio cultural”, detalló Cimé Ciau.

IMCM