Descubre por qué amas u odias a los personajes de terror

México.- En estas fechas, los disfraces de calaveras, fantasmas o personas de películas de terror, son muy populares, pero muchas veces le tememos a estas caracterizaciones o nos declaramos como fanáticos de ellos, ¿por qué? Aquí te lo decimos.

La directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Martha Catalina Pérez González, afirmó que el gusto por espectáculos de terror se explica por la satisfacción que se produce en el organismo.

“Nos hemos ajustado a un ritmo acelerado, lo que eleva nuestros niveles de tolerancia al estrés, por lo que buscamos esa emoción para tener un desenlace placentero. Al finalizar esa actividad, existe una satisfacción o placer”.

Destacó que en el día a día, existen actividades que provocan tensión pero, al ser parte de los ritmos cotidianos, finalmente no resultan positivas ni satisfactorias, pero al exponerse a espectáculos de terror, se colocan ante situaciones extremas de estrés y los miedos pueden ser enfrentados para ser vencidos.

“Lamentablemente, la sobreexposición a este tipo de problemas puede generar que la persona no tenga una asimilación adecuada y, en cambio, se agudicen más sus fobias o miedos (…) Hay gente que puede morir de miedo, que tiene cardiopatías, puede tener circunstancias de estrés postraumático o accidentes cerebro-vasculares”.

En tanto, el jefe del Laboratorio de Violencia del Departamento de Sociología, David Coronado Arias, señaló que los espectáculos de terror son atracciones que combinan crueldad, seducción y violencia, lo que genera adicción por la producción de adrenalina.

Por otro lado, la especialista en psicoanálisis Katia Ruiz Ochoa, explicó que la diferencia entre miedo y fobia, radica en que la ansiedad que genera el miedo permite alertar y actuar en una situación de peligro, mientras que la fobia paraliza a las personas y les impide llevar una vida normal y plena.

Agregó que los miedos a monstruos o la oscuridad, es normal que se desarrollen entre los cuatro y seis años, pero después de los 12 años esos temores deben desaparecer y si persisten, se trata de una fobia. Por lo general, estas personas ocultan una experiencia traumática que vivieron en los primeros seis años de vida y que está estrechamente relacionada con sus padres, indicó la especialista.

“Son experiencias en las que tal vez se sintieron humillados por sus padres, expuestos, se sintieron vulnerables o abandonados, es decir tiene que ver con cómo vivieron su desarrollo; no con la experiencia del payaso o el monstruo sino con sus experiencias del día a día con sus papás, con sus cuidadores”, aseveró.

Por todo ello, es de vital importancia que quienes padecen alguna fobia reciban atención con algún especialista, que les ayude a superar a ese trauma, cuyo origen se encuentra en la infancia.

(Notimex)

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