En las entrañas de la cueva Tlayócoc, en Guerrero, hallan 'tesoro' prehispánico

En el otoño de 2023, en la comunidad de Carrizal de Bravo, ubicada en la sierra de Guerrero, el guía local Adrián Beltrán Dimas condujo a la espeleóloga rusa Yekaterina Katiya Pavlova a la cueva de Tlayócoc, donde realizaron un hallazgo arqueológico inesperado.
Tras atravesar un pasaje sumergido y llegar a una sala no explorada, encontraron brazaletes de concha colocados sobre estalagmitas, junto a una concha de caracol gigante y varios discos de piedra negra similares a espejos de pirita. Inmediatamente avisaron a las autoridades ejidales, que resguardaron las piezas para evitar su saqueo.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a solicitud de la comunidad, envió en marzo pasado a los arqueólogos Cuauhtémoc Reyes Álvarez y Miguel Pérez Negrete, así como a la historiadora Guillermina Valente Ramírez, quienes inspeccionaron el sitio guiados por Adrián Beltrán.
En total, se registraron 14 objetos: tres brazaletes de concha, un fragmento de pulsera, una concha de caracol gigante (posiblemente de la especie Strombus), un madero quemado y ocho discos de piedra, de los cuales seis están fragmentados.
Según los arqueólogos, los brazaletes fueron elaborados a partir de conchas marinas —probablemente Triplofusus giganteus— y decorados con símbolos en forma de ‘S’, rostros de perfil y motivos en zigzag. Los discos, de unos 9.5 centímetros de diámetro, presentan pequeñas perforaciones en sus extremos.
Este hallazgo podría estar relacionado con prácticas rituales vinculadas a la cosmogonía prehispánica sobre la fertilidad y la creación, según explicó Cuauhtémoc Reyes. Se estima que las piezas fueron depositadas en el lugar entre los años 950 y 1521 d.C., durante el periodo Posclásico, cuando la región era habitada por los tlacotepehuas.
La comunidad de Carrizal de Bravo se encuentra en el municipio de Leonardo Bravo, a 2,397 metros sobre el nivel del mar. Sus habitantes, descendientes de nahuas ‘chiveros’, han mostrado disposición para preservar su patrimonio.
El INAH iniciará una campaña de concienciación en la localidad y planea un estudio sobre el estado de conservación de los objetos, a cargo del área de Restauración del Centro INAH Guerrero. Las piezas ya fueron registradas y se encuentran bajo resguardo de las autoridades comunitarias.

