San Juan Quiahije, el pueblo que le dijo no al plástico

Foto: Foto: Aaron Cruz Soto

Por Aarón Cruz Soto 

En Oaxaca, la discusión comunal es una constante para tomar decisiones, pareciese que muchos oaxaqueños están más acostumbrados a la democracia directa, por medio de ese ejercicio el municipio de San Juan Quiahije y de su agencia Cienegilla, prohibieron el uso de bolsas plásticas, no solo para la compra diaria de las personas, sino también para las papas fritas, la venta de todo.  

Durante el Seminario Extractivismo y Despojo en Oaxaca en la comunidad, el presidente municipal Simeón Santos García, de regidora de ecología Maricela Zurita Cruz y Brígido Cristóbal Peña, secretario de Cieneguilla, narraron como han peleado para conservar el ambiente que les fue heredado, el cuidado del medio ambiente y la conservación. 

En el evento con la comunidad, Brígido Cristóbal, secretario de la Agencia de Cieneguilla contó que la iniciativa de hacer este tipo de evento es compartir con la población su experiencia, para el cuidado del ambiente.  

“Nosotros ya hemos tomado muchas medidas para defender nuestro territorio, pero compartir nuestras experiencias siempre ayuda”, indicó durante su participación.  

Por su parte, la regidora de ecología, Maricela Zurita Cruz, indicó la importancia “que tengamos más información podremos decidir si entrarle o no a algún proyecto, la información nos ayudara a defender la vida y el territorio” 

Narró que defender su territorio también pasa por conservarlo, por eso de decisión de prohibir el uso de plásticos en la comunidad, 

El presidente municipal, Simeón Santos García, comentó que estas actividades se hacen para que las nuevas generaciones tengan conciencia de lo que tienen y la importancia de cuidar sus recursos.  

El reto de cambiar de hábitos  

Durante el viaje al pueblo, la regidora comentó sobre el trabajo que fue que prohibir el uso de plásticos en la comunidad, pues, aunque Quiahije sea una comunidad indígena, no la exenta de los problemas de la basura. En ese sentido, esa cuestión se ha planteado varias veces en las asambleas del pueblo, por lo que después de bastante deliberación, se decidió reducir los desechos sólidos.  

Pero la labor, no ha sido fácil, durante el Seminario recorrimos el pueblo y vimos como algunos no cumplían al cien con la nueva disposición, pero con paciencia, contaban, las cosas pueden cambiar.  

Durante el recorrido, por ejemplo, Maricela vio una tienda y se percató que tenían envolturas que no debían, se acercó y le comentó a la encargada la importancia de cambiar de hábitos y, sobre todo, la decisión comunitaria de no usar esos productos.  

Es que el reemplazo de los envases plásticos y las bolsas por envolturas orgánicas, aunque ha sido una decisión benéfica, lleva su tiempo acostumbrarse a ella, sobre todo en los giros comerciales, donde los locatarios de alimentos y servicios han tenido que pensar opciones creativas para adaptarse a la nueva norma.