Ataques ucranianos obligan a Moscú a replegar aviones hasta el Extremo Oriente, dice Kiev

Moscú

Kiev.- Los ataques ucranianos con drones de largo alcance contra aeródromos situados en territorio ruso están obligando a Moscú a replegar sus aviones lejos de Ucrania, en algunos casos hasta las regiones del "Extremo Oriente" de la Federación Rusa, afirmó hoy el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat.

“Rusia ya no puede sentirse segura en la larga distancia, y tiene que dispersar su aviación hasta el mismo Extremo Oriente”, dijo Ignat en una entrevista con el servicio nacional televisivo de noticias de Ucrania.

El portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana hizo referencia a los ataques con drones ucranianos de los últimos meses contra los aeródromos de Engels y Riazán, y destacó que aparatos kamikaze no tripulados lanzados por Kiev alcanzaran este 30 de agosto la base aérea de Pskov, en el noreste de Rusia.

Ucrania dijo haber causado daños irreparables en cuatro aviones militares de transporte Ilyushin-76 rusos en este ataque contra el aeródromo de Pskov, situado unos 700 kilómetros al norte de la frontera ucraniana.

Según declaró el jefe de la inteligencia militar de Kiev, Kirilo Budánov, al portal especializado en defensa The War Zone, este ataque con drones se habría lanzado desde dentro de territorio ruso.

La inteligencia militar ucraniano también reivindicó el mes pasado la supuesta destrucción de dos bombarderos estratégicos Tu-22M3 que estaban estacionados en bases de dentro de Rusia. Estas operaciones habrían mermado la capacidad de Rusia de lanzar misiles supersónicos Kinzhal.

Ucrania está intensificando la producción de drones y misiles de largo alcance con los que golpear dentro de la Federación Rusa.

Drones ucranianos llegan casi a diario a Moscú y a muchas otras regiones ucranianas, y el presidente Volodímir Zelenski celebró ayer sin dar más detalles que armamento producido por Ucrania alcanzara un objetivo a 700 kilómetros de distancia.

Expertos militares contactados por EFE explican que Ucrania busca con estos ataques reducir los medios que tiene Rusia para lanzar misiles desde el aire. Además, estos ataques a larga distancia obligan a Rusia a alejar sus aviones del frente, lo que supone costes más altos para Moscú y complica sus operaciones.