Rotura de cable entre vagones, causal del accidente en funicular de Lisboa

Ciudad de México. - El cable subterráneo que unía los dos vagones del funicular accidentado el miércoles en Lisboa, Portugal, donde murieron 16 personas y 23 resultaron heridas, cedió en su punto de fijación en la cabina que descarriló, informó este sábado el Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF), organismo gubernamental encargado del caso.
En una nota publicada en su página web, el GPIAAF explicó que, durante el descenso del vagón que se salió de la vía, el guardafrenos activó de inmediato tanto el freno neumático como el manual. Sin embargo, ninguna de estas acciones logró detener el movimiento ni reducir la velocidad de la cabina.
El organismo señaló que el sistema de frenos funcionó, pero que, tal como está configurado, esos dispositivos no tienen capacidad suficiente para inmovilizar las cabinas en movimiento si no están equilibradas por el cabo que las une, por lo que “no constituye un sistema redundante en caso de avería".
El texto reconstruye los hechos y precisa que alrededor de las 18:00 hora local del 3 de septiembre, los dos vagones estaban aparcados en las estaciones del funicular, una en lo alto de la Calçada da Glória y la otra en la parte inferior.
El GPIAAF afirmó que, por el momento, se desconoce el número exacto de personas dentro de los vagones, ya que esa información la controlan los guardafrenos, y uno de ellos falleció.
Sobre las 18:03 hora local, las cabinas comenzaron a moverse, pero tras recorrer unos seis metros "perdieron súbitamente la fuerza de equilibrio garantizada por el cable que las une".
El vagón inferior retrocedió bruscamente unos 10 metros, saliéndose parcialmente de la vía, mientras que el de arriba continuó su descenso acelerando hasta recorrer unos 170 metros. En el inicio de una curva descarriló, chocó contra un edificio y dos postes, y terminó impactando la esquina de otro inmueble.
Se estima que la primera colisión ocurrió a una velocidad de 60 km/h y que el accidente se desarrolló en menos de 50 segundos.
Los técnicos destacaron que el cable que cedió tenía una vida útil de 600 días para este tipo de uso y había sido instalado hacía 337 días.
El Ascensor de Gloria (Elevador da Glória) contaba con un plan de mantenimiento que incluía grandes revisiones cada cuatro años, inspecciones visuales diarias de los elementos de seguridad visibles y otras intervenciones intermedias.
El GPIAAF resaltó que, según las pruebas observadas hasta ahora, el plan de mantenimiento "estaba al día" y que en la mañana del accidente se había realizado la inspección visual programada sin detectar anomalías en el cable ni en los frenos.
No obstante, puntualizó que en la zona donde el cable se separó "no es posible hacer una visualización sin un desmontaje".
También apuntó que el funicular, fundado en 1885, no está bajo la supervisión del Instituto de Movilidad y de los Transportes, y señaló que por el momento no dispone de información "fidedigna" sobre su encuadramiento legal ni sobre cuál es la entidad pública con obligación de supervisar su funcionamiento y seguridad.
El GPIAAF presentará su informe preliminar en 45 días, que transcurre en paralelo a la penal que desarrolla la fiscalía y una auditoría interna, con la participación de asesores externos, de Carris, la gestora del funicular.
Con información de EFE

