Rusia acusada en la ONU de elevar precios globales de cereales y usar alimentos como arma de guerra

Ciudad de México.- El Gobierno de Ucrania, respaldado por varios de sus aliados occidentales, presentó ante la ONU una acusación formal contra Rusia por su supuesta estrategia de elevar los precios globales de los cereales a través del bloqueo de las exportaciones por el mar Negro y los ataques a puertos e instalaciones de grano en territorio ucraniano.

El embajador ucraniano ante Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya, señaló que estas acciones de Rusia tienen como objetivo eliminar a un competidor del mercado, lo que resultaría en un aumento deliberado de los precios de los alimentos a nivel mundial, afectando a millones de personas en todo el planeta.

Varios países, entre ellos el Reino Unido, Estados Unidos y Francia, se unieron a la acusación contra el Kremlin, calificando la manipulación de los alimentos como un "arma de guerra". El embajador francés, Nicolas de Rivière, subrayó que Rusia ha estado bloqueando intencionadamente las exportaciones desde los puertos ucranianos para impulsar una alza en los precios agrícolas y aumentar sus propios beneficios en el mercado internacional.

Además, diversos países, aunque con menor contundencia, expresaron su preocupación por la violación de normas internacionales debido a los ataques a instalaciones civiles como los puertos de mercancías.

En respuesta a las acciones de Rusia, Ucrania abogó por una respuesta firme para evitar una escalada en la situación. El embajador ucraniano advirtió que si no se toman medidas, Moscú podría continuar con acciones más agresivas, como atacar buques civiles en el mar Negro y sembrar más minas marinas.

La cuestión de las exportaciones de cereal ucraniano por el mar Negro, que han sido paralizadas tras la salida de Rusia del pacto que las facilitaba, fue el tema central de la segunda de dos reuniones sobre Ucrania convocadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.

En esta reunión, convocada a petición de Kiev, Rusia optó por ausentarse, un hecho poco común en el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas.

En la primera reunión, impulsada por Rusia, se discutió sobre las libertades religiosas en Ucrania, con el representante del Kremlin acusando a Kiev de reprimir a la iglesia ortodoxa que se mantiene fiel a Moscú. Por su parte, Occidente denunció la destrucción de la Catedral de la Transfiguración de Odesa por parte del Ejército ruso el pasado domingo, una acusación que Rusia ha negado.