La semana pasada aproveche este espacio para elogiar la coordinación entre los gobiernos Federal, estatales y locales tras el temblor que afectó primordialmente los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz. Hice un contraste entre la respuesta efectiva en 2017 y la de 1985. Concluí que aprender de lo ocurrido y establecer protocolos claros eran la clave para que hoy nuestro país pudiera salir adelante.
Hoy existen centro de acopio y diversos bancos han dado a conocer cuentas en las que se puede depositar para apoyar las labores de salvamento y reconstrucción. El jefe del Ejecutivo Federal también tomó decisiones claras y designo que diversos secretarios de estado se involucraran directamente en la reconstrucción de las áreas devastadas en estos estados. Esa es una decisión por el bien de los mexicanos.
Sin embargo, hay personas que se han aprovechado de esta situación para beneficiarse políticamente. No es correcto señalar que los secretarios de estado están iniciando su campaña para algún puesto de elección popular al recorrer estos estados y prestar la ayuda necesaria para reconstruir las casas, escuelas y demás construcciones que se
derrumbaron.
Es correcto que el proceso electoral 2018 ya inició, según lo marca el calendario del INE, pero esto no significa que el gobierno deja de trabajar. Aquellos que señalan que realizar este tipo de acciones tiene fines electorales, deben recordar que todos los servidores públicos tienen un mandato mientras cumplen su labor y este es servir a los ciudadanos.
Sugerir que se busca beneficiar a ciertos secretarios de estado al enviarlos a los estados afectados para posicionarlos previo a las campañas: presidencial y de gobernadores, senadores, diputados, entre otros, demuestra una falta de sensibilidad con la gente que perdió a un familiar, quien hoy no tiene vivienda o no puede asistir a la escuela, entre otros. Este no es momento para politizar sino para solidarizarse con los afectados y apoyar las acciones de salvamento.
