Orgullo barrista

No es el millón de pesos (de hecho fue un importe mayor) que la Barra Mexicana, Colegio de Abogados (BMA) recaudó para los damnificados del temblor de la semana pasada el motivo de mi orgullo. Ni el hecho verificable de que la asociación sin fines de lucro (fundada en 1922) movió y entregó toneladas de productos (medicinas, palas, picos, alimentos, ropa, cobijas, cemento...) para apoyar a las víctimas del terremoto del 19 de septiembre que afectó a la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Querétaro y Oaxaca.

Tampoco las cientos de horas pro bono (gratis, sin cobrar un solo peso) que decenas de barristas invirtieron en los trabajos de rescate, remoción de escombros, traslados de víveres, alojamiento, transporte de médicos y asesoría jurídica. No. Nada de lo anterior es la razón que inspira mi orgullo barrista. El motivo gira alrededor de dos palabras: congruencia y amor.

Congruencia porque desde hace un tiempo, la BMA tiene el propósito de convertirse en la “conciencia jurídica de México”.

En ser una organización protagonista de la reconstrucción de nuestro Estado de Derecho, que no calla ante las tropelías y levanta la voz (cada vez con mayor volumen) cuando algún grupo de rufianes tiene planes de socavar nuestros derechos ciudadanos.

Amor porque una parte importante de los barristas exteriorizó un sentimiento intenso hacia el mexicano caído, hacia el ser humano en desgracia. Y lo hizo no obstante la insuficiencia propia. Los abogados colegiados (los que ayudaron) salieron unidos, hermanados, en busca del encuentro y la unión con su semejante. Con la víctima... Con las millones de víctimas, unas del terremoto, otras de la corrupción que permitió construcciones con anomalías e incumplimientos técnicos.

Mi orgullo barrista vibra fuerte porque además tengo muy claro que la ayuda de la BMA no terminó. Que toda esta semana, y la que viene (y todas las que siguen) continuará con su trabajo pro bono, incansable. Y lo haremos entonando el “Cielito Lindo”, el “Himno Nacional”... Lo haremos al grito de ¡México estamos contigo!

* El autor es abogado, periodista y consultor de empresas. También es miembro de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados (BMA) y profesor de posgrados en Alta Dirección en la UNAM, EBC,