Por Israel M. Campos Montes
Ciudad de México.- En diversos espacios noticiosos se están recabando testimonios de varios pacientes que se tratan en los hospitales generales del país que padecen entre otras cosas, cáncer y VIH-SIDA, quienes denuncian que desde que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) comenzó labores el pasado 1 de enero, se les ha negado el medicamento para continuar con su tratamiento.
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmó en reiteradas ocasiones que este nuevo instituto garantizaría la atención médica de todos aquellos mexicanos que no tienen seguridad social, es un hecho que a una semana de haber entrado en funciones, ya desencadenó una serie de críticas por parte de quienes buscan ser atendidos bajo este nuevo esquema.
Quienes eran beneficiarios del ya extinto Seguro Popular, denuncian que las autoridades de Salud no les están dando sus medicamentos, toda vez que al acudir a las farmacias de los centros de esta índole, los encargados les exigen que lleven el sello de autorización del Insabi, lo cual les ha sido negado, porque las autoridades sostienen que no hay recursos suficientes para tratar enfermedades de alta especialidad.
Otra de las adversidades que han enfrentado los dolientes, es que para ser atendidos les piden pagar cuotas económicas, las cuales, según ellos, ya aumentaron en comparación con 2019. Asimismo, indican que incluso se han registrado casos de intentos de cobro de manera externa.
PRESUMÍAN ATENCIÓN GRATUITA
El pasado 1 de enero, el Insabi comenzó a funcionar e indicó que su meta era atender a 69 millones de mexicanos, según su titular, Juan Antonio Ferrer Aguilar.
A través de un comunicado, el funcionario señaló que a través de este nuevo instituto de salud se brindará atención todos los padecimientos, incluso para aquellos que generan altos gastos, como el VIH-SIDA o cáncer, además de que está garantizada la entrega gratuita de medicamentos.
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Una semana después, Ferrer Aguilar precisó que el Insabi sólo coordinará el primer y segundo nivel de atención, es decir, Centros de Salud, unidades del IMSS–Bienestar, y Hospitales Generales.
Entre las principales críticas que han surgido en la prensa es que de acuerdo con información pública, Ferrer Aguilar no tenía experiencia previa en el sector salud.
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