Pragmatismo electoral

En todas las campañas electorales hay un contraste de propuestas de gobierno de los candidatos. Lo principal para un candidato a puesto de elección popular es hacer evidente a los electores como éste se diferencia de sus contrincantes.

En sistemas políticos bipartidistas la diferenciación es clara. En EEUU, el partido Republicano es conservador y el partido Demócrata es liberal.

En México, los partidos políticos carecen de una convicción ideológica más allá de ganar. Dependiendo de: tipo de elección, momento histórico en el país, los candidatos, entre otros, los partidos políticos endurecen o flexibilizan sus ideologías con el afán de obtener una mayor simpatía de parte de los electores. Es común ver que una campaña inicia con mensajes sumamente polarizantes (para consolidar el voto de los votantes de base) y conforme avanza la misma, los mensajes se “suavizan” para captar a quienes aún se encuentran indecisos.

Hoy aspirantes a puestos de elección popular han optado por acercarse a partidos políticos de ideologías totalmente diferentes a la propia, con la única finalidad de competir. Tres casos evidentes en la competencia presidencial de 2018 son: Andrés Manuel López Obrador (primero miembro del PRI, después del PRD y ahora candidato de Morena), Armando Ríos Piter (miembro del PRD y hoy candidato independiente) y Margarita Zavala (miembro del PAN y hoy candidato independiente).

En Alemania, este pragmatismo se denomina “Realpolitik”. Es el avance de los intereses de un país de acuerdo a las circunstancias actuales de su entorno. Nicolás Maquiavelo, en su tratado político “El Príncipe” señaló que “el gobernante aprendiera a utilizar el mal para lograr el bien”. Maquiavelo asumía que el gobernante siempre actuaría por el bienestar de sus gobernados.

En México, a pesar de que los partidos políticos postulan a los candidatos, las propuestas de éstos cambian según el momento electoral y/o político en el que se encuentren. Hoy, parece que la Realpolitik rige en México.