¿Cada cuánto se deben cambiar los tenis para correr?
Cada vez es más común que la gente espere a que sus tenis pierdan su forma o se agrieten para cambiarlos, pero esta práctica no es para nada saludable, en especial si el calzado se utiliza en alguna actividad física como el running.
En un inicio, el desgaste se manifiesta en pequeñas incomodidades; luego, si no se le presta atención al problema, lo más probable es que las molestias avancen y se conviertan en lesiones.
Aunque la solución parece obvia, vale la pena subrayar por qué es tan importante cambiar un par diseñado para correr antes de que llegue a su límite y cada cuánto tiempo se recomienda hacerlo. Si quieres conocer dicha información, quédate a leer la presente nota.
¿Qué define la durabilidad de un calzado para running?
Su vida útil no solo depende del tiempo que los lleves utilizando; existen factores que, al actuar en conjunto, son capaces de acelerar el deterioro. A continuación, te enlistaremos los principales:
Tipo de superficie: El asfalto, por ejemplo, tiende a degradar las suelas más rápido que las pistas de tierra debido a su dureza.
Estilo de pisada: Corredores con sobrepronación (pisada hacia adentro) o supinación (pisada hacia afuera) generan un desgaste desigual en la suela y la parte superior del calzado, aspecto que acorta la duración de los tenis.
Peso corporal: Una persona con mayor peso va a ejercer presión extra sobre el calzado y, en consecuencia, la amortiguación y el soporte pueden verse comprometidos antes de lo pensado.
Frecuencia e intensidad del entrenamiento: Quienes entrenan todos los días o lo hacen de modo intenso, someten a su calzado a un estrés continuo que disminuye su capacidad de absorción de impactos.
Incluso la forma en que se almacenan los zapatos y cómo se colocan o retiran también pueden afectar la integridad del material: ¡todo cuenta! Modelos como el Deviate NITRO™ Elite 3 de PUMA son el ejemplo perfecto de cómo tiene que estar diseñado un par de running.
Entre las características principales del modelo, destaca su espuma inyectada con nitrógeno, la cual absorbe los impactos y potencia tanto el rebote, como la ligereza; asimismo, incluye una placa de fibra de carbono que actúa como guía y refuerzo durante el ciclo de pisada, esto con el fin de optimizar la transición del pie desde el primer contacto, hasta el despegue.
Cuando notes que tu rendimiento ha dejado de ser el mismo, no dudes en adquirir unos tenis nuevos para correr que estén a la altura de tu desempeño.
¿Cuándo darles el adiós?
Pérdida de amortiguación
El rol de la amortiguación es mitigar el impacto del asfalto o el concreto, así que si sientes que tus pies están más fatigados de lo habitual o experimentas dolor en las rodillas o talones, lo más seguro es que la capacidad de absorción de impacto de tus tenis haya disminuido.
Desgaste en la suela
¿Te acabas de dar cuenta de que suela se ha aplastado o desgastado de forma asimétrica? Dependiendo de tu tipo de pisada, el deterioro es capaz de manifestarse en áreas como el talón o la parte delantera del pie, pero, sin duda, son indicadores de que el calzado ya no está brindándote el soporte que necesitas.
Costuras y materiales dañados
Un par que se ve gastado por fuera, probablemente lo esté también por dentro; ten presente que cualquier tipo de falla estructural puede comprometer el soporte general y disminuir su capacidad de adaptarse a tu pie.
Incomodidad
En cuanto notes que tu rutina de running se altera, ya sea por una presión sospechosa en alguna parte del pie o un exceso de pausas para ajustar el calzado, entonces considera buscar un reemplazo.
El impacto de un mal calzado en tu rendimiento y bienestar
Escoger un buen par de tenis blancos o del color y el diseño de tu preferencia para running, hará que tu experiencia sea más satisfactoria y evites las siguientes problemáticas:
Menor rendimiento: Tu cuerpo deberá esforzarse más, por lo tanto, tus tiempos se verán modificados, al igual que tu resistencia, velocidad y la calidad de todo tu entrenamiento.
Lesiones: en especial, aquellas por sobrecarga, como fascitis plantar, tendinitis, e incluso, problemas en las rodillas y caderas; a largo plazo, las consecuencias podrían ser crónicas y perjudicar tu capacidad para seguir realizando esta actividad.
Desajuste en la pisada: la falta de un soporte adecuado puede hacer que tu pisada no se alinee correctamente y se genere un efecto dominó en la postura y la mecánica de carrera; esto, además de afectar la eficiencia en cada zancada, también eleva el riesgo de descompensación muscular.
Estrategias para alargar la vida de tus tenis
- Rota pares. Alterna entre dos o más opciones, de tal forma que cada uno tenga tiempo para recuperarse del estrés del entrenamiento.
- Evita utilizar tus tenis de running para actividades cotidianas. El uso diario en superficies no diseñadas para correr puede acelerar el desgaste de la suela y la amortiguación.
- Limpia el calzado y sécalo correctamente. Después de una sesión en condiciones fangosas, retira la suciedad con un paño húmedo y déjalos secar al aire libre, pero procura no exponerlos directamente al sol.
- Guárdalos en un lugar fresco y seco. Haz lo posible por no dejarlos en espacios cerrados y húmedos, pues la falta de ventilación puede favorecer la aparición de malos olores, o bien, deteriorar los materiales.
- Elige un par de calidad. Los Velocity NITRO™ 3 de PUMA son una alternativa confiable para quienes necesitan unos tenis que se adapten a diferentes ritmos y distancias, pues están equipados con una suela de goma que facilita el entrenamiento en varias superficies y cuentan con un alerón de TPU en el talón para mayor estabilidad.
Invertir en modelos que prioricen tu salud y respalden tu esfuerzo diario, te ayudará a dar lo mejor de ti, sin importar el nivel en el que te encuentres. ¡Ojalá este artículo sea tu señal para evaluar si es hora de despedirte de tu calzado actual!