Una añeja maldición se presentó en la Final de la Europa League

Hay muchas creencias en torno a las finales de futbol, pero hay una que Dimitri Payet no olvidará por el resto de su carrera

LYON.- Se dice que nunca hay que tocar el trofeo antes de que inicie un partido de futbol porque trae mala suerte. Fue una clara advertencia que el jugador más determinante del Olympique de Marsella, Dimitri Payet, decidió ignorar de tajo, así que en la ceremonia inicial de la Final de la Europa League extendió la mano para alcanzar el ansiado premio y terminó pagando cara la penitencia.

Corría apenas el minuto 31 cuando Payet se derrumbó en el piso, estaba lesionado y no hubo más remedio que sustituirle. El gran bastión del conjunto francés quedó marginado de la Final ante el Atlético de Madrid muy pronto en el duelo máximo. No pudo contener el llanto, estaba inconsolable, al grado que su compatriota y oponente, Antoine Griezmann se acercó para consolarlo.

 

 

Para colmo de males, el Marsella perdió 3-0 la Final a manos de los Colchoneros. Por ello no se debe, bajo ningún motivo, tocar el trofeo antes de tiempo. ¿Maldición o destino?