Universitarios deben resolver conflictos con diálogo; profesor herido

Por Romeo Valentín Arellanes

El profesor herido por un petardo la tarde del lunes condenó todo acto de violencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ya venga del Estado, porros o activistas, pues los conflictos entre la comunidad universitaria deben resolverse mediante el diálogo, sin violencia y sin criminalizar a los estudiantes.

A la fecha sigue hospitalizado y prefiere que su nombre se mantenga anónimo hasta que concluya la investigación iniciada por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.

Aseguró que personalmente no está a favor de las medidas punitivas y aclaró que la investigación contra quien resulte responsable de sus lesiones se inició de oficio. “No podría reconocerlos  porque estaban encapuchados (…) tampoco podría  afirmar si son activistas o no”.

Señaló que algunos medios y en redes sociales también lo han difamado, criminalizado y revictimizado por su aspecto pues, viste de negro, le gusta el rock y su corte de pelo es una mohicana, pero “no soy un provocador”, aclaró.

Es licenciado en Sociología con maestría en Derechos Humanos y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas. Se declara neutral en el conflicto entre estudiantes y la directiva de la Escuela Nacional Preparatoria número 2.  “Apenas me estaba enterando de los pormenores”.

Acababa de estacionar su auto y cruzaba a pie por el edificio de Rectoría cuando vio a un grupo de aproximadamente 100 manifestantes, se acercó a ver y enterarse de lo que pasaba movido por su “espíritu de sociólogo”, según  comentó.

Un contingente   pequeño se separó y comenzó a arrojar los adoquines del piso y rociar la puerta de rectoría con combustible.

“Cuando se pusieron agresivos nos alejamos (…) era la hora pico (aproximadamente las 16:00 horas), había niños, señoras, reporteros  y más profesores;  las manifestaciones tienen derecho de ser y no tendríamos estar con miedo de observarlas y enterrarnos”.

Estaba a más de 10 metros de donde estalló el petardo casero hecho con rondanas, una se le encajó entre la nariz y el ojo. “Un centímetro más abajo y pierdo el ojo”.

Su estado de salud es estable, lo han operado una vez pero continúa en observación por la zona tan delicada en que se encuentra la herida. También agradeció a sus alumnos y compañeros las muestras de solidaridad.

RVA