Elementos del altar de muerto: Esto es lo que debe llevar la tradicional ofrenda

Como cada año, se acerca el Día de Muertos, una de las tradiciones más queridas de México. Desde Tijuana, hasta Chetumal, son millones los hogares que realizan una ofrenda para sus seres queridos ya fallecidos.

¿De dónde proviene esta costumbre?

Contrario a lo que se cree, el altar de Día de Muertos no tiene prácticamente nada que ver con el mundo prehispánico ni con sus creencias. En gran parte de los países de tradición católica, el recuerdo a los fallecidos mediante ritos es un elemento común durante el Día de Todos los Santos, que es como oficialmente se llama a esta solemnidad.

En Italia, Polonia, México y Guatemala, las personas acuden a los cementerios el 1 de noviembre para visitar a aquellos seres queridos que ya partieron. En cuanto al altar, algunos historiadores creen que tiene su origen en la Francia medieval y que llegó a México con la evangelización española.

¿Adiós Mictlán?

En cuanto a los elementos indígenas, estos se añadieron recién en el siglo XX, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), cuando desde el Estado se buscaba incorporar símbolos nacionalistas a festividades tradicionales.

Algo similar sucedió en 1930, durante la administración de Pascual Ortiz Rubio, cuando se intentó (sin éxito) reemplazar la figura bonachona de Santa Claus con el dios Quetzalcóatl, figura central de las culturas mesoamericanas.

Pero, volviendo al tema, ¿Qué elementos debe llevar el altar de muerto? Acá te platicamos:

Muchas son las variaciones, pero estos son los objetos tradicionales que no deben faltar:

Sal: Desde hace miles de años, la sal se ha asociado con ritos de purificación por sus propiedades de preservación.

Velas: Se cree que la luz de estas sirve de guía a los espíritus durante su travesía desde el “Más allá”

Flores de cempasúchil: Uno de los pocos elementos netamente indígenas del altar. Se usan sus pétalos para decorar.

Un vaso de agua: Al igual que la sal, se cree que purifica a los espíritus.

Figuras religiosas: Al ser una costumbre cristiana, los crucifijos, estampitas y figuras de santos son muy comunes. Obviamente, esto es opcional.

Fotografías de los difuntos: Una fotografía de la persona a la que se quiere recordar.

Pan de muerto: Un pan que simboliza los huesos de los mártires cristianos, a quienes, en teoría, se recuerda en estas fechas.

Comida: La comida favorita del difunto. 
 

Papel picado: El papel picado con motivos de José Guadalupe Posada se han convertido en un clásico.

Copal o incienso: De la misma manera que la sal y el agua, se le otorga un significado ritual.

Calaveritas de azúcar: Cráneos hechos de azúcar con el nombre de la persona fallecida. Tienen su origen en el “Memento Mori”, un concepto nacido entre los filósofos estoicos y retomado más tarde por los cristianos. Su objetivo es recordar a la gente que su paso por esta tierra es breve.