Ocho influencers asesinados en 2025 revelan la violencia detrás de las redes

Los atentados contra influencers se desarrollan en un contexto donde la legitimidad de algunos creadores es cuestionada.

En redes sociales, no todo lo que brilla es oro, a veces, hay bastante plomo. En la recta final de 2025, ocho influencers han sido asesinados en México, una cifra que expone la mezcla de violencia, exhibición digital y posible intervención del crimen organizado en la vida pública de estos creadores de contenido.

El recuento

El caso más reciente fue el de Gerardo Moya, conocido como “El Jerry”, ejecutado el 16 de noviembre en Culiacán, Sinaloa. El joven de 25 años viajaba en una camioneta junto a un acompañante cuando fue interceptado por hombres armados en el sector Tres Ríos. Minutos antes había publicado una historia en Instagram bebiendo y escuchando corridos; su cuenta fue inhabilitada tras el ataque.

Meses antes, entre el 19 y el 22 de agosto, Esmeralda Ferrer Garibay, identificada en redes como Esmeralda FG, fue localizada sin vida dentro de una camioneta junto a su esposo y sus dos hijos, en el barrio de San Andrés. La mujer, con alrededor de 18 mil seguidores en TikTok, mostraba un estilo de vida ostentoso y referencias a la cultura narco. Su esposo estaba involucrado en actividades comerciales vinculadas a la compraventa de vehículos y el cultivo de jitomate en Michoacán.

Otro caso relevante ocurrió el 16 de agosto, cuando Camilo Ochoa, “El Alucín”, fue asesinado dentro de un domicilio en Temixco, Morelos. Ochoa acumulaba cientos de miles de seguidores y su contenido se centraba en  su supuesta experiencia como exintegrante del narcotráfico y miembro de una facción del Cártel de Sinaloa. La Fiscalía nunca confirmó los nexos.

Entre el 22 y el 26 de marzo, Víctor Manuel, conocido como “El Brasileño”, fue asesinado a balazos. El joven compartía contenido relacionado con motocicletas para decenas de miles de seguidores. Además de su trabajo en un taller mecánico,  promovía la cultura biker.

El primer caso del año fue el de Agustín Paúl, “El Pinky”, asesinado el 10 de enero en Sinaloa, horas después de que una avioneta arrojara volantes en los que se acusaba a músicos y creadores de contenido de tener vínculos con el crimen organizado. Extraoficialmente, la ejecución fue atribuida a una facción criminal. Paúl producía videos de bromas y retos que acumulaban miles de visualizaciones.

A este listado se suma Adal Peña, “El Tata”, creador de contenido fitness asesinado mientras se ejercitaba en Culiacán. Aunque las autoridades no detallaron móviles, en redes se especuló sobre una posible intervención del crimen organizado.

Valeria Márquez y Gail Castro, los casos más emblemáticos

El feminicidio de Valeria Márquez, ocurrido el 13 de mayo en Zapopan, Jalisco, fue uno de los hechos más mediáticos. La joven transmitía en vivo desde su salón de belleza cuando un hombre disfrazado de repartidor entró al local y le disparó varias veces. El crimen quedó registrado en el livestream y generó conmoción nacional e internacional.

Al igual que en los otros casos, inicialmente, se manejó que tras su muerte podría estar la mano del hampa, sin embargo, a meses del atentado, no hay mayores avances publicados por las autoridades.

El 28 de marzo, Gael Castro Cárdenas, “Gail Castro”, hermano del creador de contenido Marcos Castro, conocido como Markitos Toys, fue asesinado al salir del restaurante Villa Marina, en Ensenada, Baja California. El joven, al igual que su hermano, se dedicaba a generar contenido en redes y sumaba miles de seguidores en distintas plataformas, aunque con un perfil más bajo.

Desde la muerte de su hermano, Castro ha mantenido una exposición discreta, sin embargo, las pocas veces que ha sido visto el público, ha sido acompañado de guardaespaldas.

¿A qué se deben los asesinatos?

Los atentados contra influencers se desarrollan en un complejo contexto donde la legitimidad de algunos creadores es cuestionada. Investigaciones periodísticas señalan que granjas de bots operadas por grupos criminales habrían inflado artificialmente las cifras de seguidores y vistas de diversos perfiles para obtener ingresos publicitarios y facilitar esquemas de lavado de dinero.

En julio de este año, medios nacionales dieron a conocer que la Unidad de Inteligencia Financiera investiga al menos 64 cuentas de personalidades de internet presuntamente manipuladas por el crimen. Estos casos muestran cómo la exposición digital se cruza con intereses ilícitos, convirtiendo a figuras públicas en objetivos de un entorno cada vez más violento.

Síguemos en Google News