Vivir para trabajar, trabajar para vivir

Un estudio de la empresa Deloitte encontró que la productividad laboral de las personas se reduce conforme transcurre el día. Asi-
mismo, se detectó que la calidad del trabajo desempeñado durante las primeras horas de una jornada laboral es más clara y pre-
cisa que el trabajo realizado en las últimas horas del mismo día.

Este estudio destaca que existe una concepción errónea de que todos aquellos que laboran deben hacerlo: al mismo nivel de exigencia, durante la mayor cantidad de horas y, muchas veces, sin tomar descansos.

Se recalca que dos actividades que comúnmente ocurren en el trabajo (tomar siestas y levantarse de donde uno trabaja para tomar un paseo de unos minutos) son ampliamente criticadas por los demás.

El estudio comprobó que un porcentaje muy bajo de los trabajadores tienen la capacidad para rendir de manera óptima por periodos muy largos de tiempo: se debe tomar algún tipo de descanso o realizar una actividad diferente al trabajo diario.

El experimento se medía cuatro veces durante el día. Curiosamente, en ninguna parte del documento se señala el momento idóneo (el número de horas específicas que deben transcurrir) para tomar este tipo de descansos previo a retomar el trabajo. Solo se señala que cada persona tiene una capacidad diferente para lidiar con la presión laboral.

Ahora bien, uno de los graves problemas que se detectó es que hoy las personas están localizables una mayor cantidad de tiempo. Anteriormente, una vez que se concluía la jornada laboral, uno podía “desconectarse” y dedicarse a su vida personal.

Con el desarrollo de más y mejores tecnologías, los seres humanos ahora podemos estar “conectados” a la oficina sin estar ahí físicamente. Esto ha causado que la productividad de muchas personas se vea mermada incluso al inicio de un día de trabajo dado que ha estado pensando o resolviendo asuntos de su oficina durante el tiempo que debía haber descansado.Se cuestiona si los seres humanos estamos trabajando para vivir o viviendo para trabajar.