Volver a hacer raro a Edgar Allan Poe, Alberto Chimal y Raquel Castro lanzan nueva traducción de sus cuentos

Kevin Aragón 

La idea del autor atormentado, hundido en las adicciones y autor de grandes historias de horror, ha hecho que el retrato de Edgar Allan Poe que vemos colgado en la pared de los clásicos luzca sin todos sus matices y texturas, como un lienzo grueso y de expresión por de más conocida. Al menos eso piensa el escritor Alberto Chimal, quien, junto a Raquel Castro, ha hecho una nueva traducción de algunos de los cuentos menos taquilleros del escritor norteamericano que ya se pueden leer en la antología Los sueños de Edgar Allan Poe, bajo el sello de la nueva editorial independiente Los libros de Caronte.  

Interesados ambos escritores en hacer notar otros perfiles evidentes en las páginas del autor de El cuervo, presentan en esta nueva selección siete relatos —como “Charla con una momia”, “El diablo en el campanario”, “El ángel de lo extraño” o “El poder de las palabras”— y la particular obra de teatro, Policiano. 

“La propuesta de esta traducción tiene dos razones. La primera es que no es común que se hagan antologías con algún criterio definido de la obra de Poe. Lo que suele pasar es que se eligen cierta cantidad de cuentos sin mucho criterio: los famosos y uno o dos para rellenar; o se reimprimen las obras completas de la traducción de Cortázar. 

La segunda es revelar otros aspectos de su trabajo, de su forma de pensar, que no siempre son tomados en cuenta. Si uno lee estos cuentos, se percatará de que era mucho más que la imagen que conocemos. Era también un autor satírico que opinaba sobre asuntos y acontecimientos de su época, a veces de una manera muy poco refinada, haciendo uso de chistes, juegos de palabras, retruécanos y toda clase de bromas para burlarse de tendencias y personajes.”, explica Alberto Chimal en entrevista. 

De igual modo, el traductor hace énfasis en otras características que destacan en Los sueños de Edgar Allan Poe como un posible precursor del surrealismo “que tiene una gran imaginación para inventar situaciones fantásticas y extrañas, no necesariamente desde lo terrorífico”. 

Sobre la obra de teatro Policiano, Chimal asegura que es uno de los grandes ejemplos del interés de Poe por los acontecimientos y modos de escritura de su tiempo, pero con cierta innovación, pues “está muy bien documentado que Allan Poe toma como ejemplo para escribir esta obra el estilo isabelino, shakesperiano, con gente hablando en pentámetros yámbicos, presuntamente ambientado en la Roma clásica, pero basándose en una nota roja de un crimen pasional en Kentucky”.

EL JUEGO DE LA TRADUCCIÓN

Para este producto literario, menciona Chimal, ambos escritores tuvieron siempre presente que los relatos seleccionados demuestran que no es cierta la idea de que el mundo de lectores de Poe sólo estuviese tremendamente impresionado por las cosas fantásticas y horribles relatadas, sino que varias de sus narraciones fueron hechas para hacer reír o generar una deliberada repulsión.

Como ejemplos, menciona Chimal el caso de dos de las narraciones incluidas en este libro. “Charla con una momia”, que narra la historia de unos científicos que resucitan a un egipcio en su sarcófago, llamado Allamistakeo, el cual es un juego de palabras que literalmente podría traducirse como “Todo es un error”, pero que se ha pasado por alto en las traducciones al español, incluso la de Julio Cortázar.

“Nosotros nos inventamos nuestro propio juego de palabras, sonso, como lo es en el cuento original, porque no está tratando de sonar elevado: nuestro dignatario egipcio se llama “Porequivocamun”, para mantener la idea de la equivocación con un sonido vagamente egipcio”, explica Chimal. 

El otro que nombra es “El ángel de lo extraño”, que empieza con un personaje leyendo una serie de tratados de temas muy elevados de nombres que no suenan a nada y después de decir que los leyó todos dice que, al hacerlo,  se sintió bastante estúpido. 

“Si se investiga un poco —continúa el traductor— uno se da cuenta de que todos los nombres de los autores mencionados son de la época de Poe, rivales que los hizo quedar por los suelos. Él no estaba siempre subido en un pedestal, envuelto en sus ropas negras declamando, también estaba dispuesto a pelearse, bajarse al suelo e incluso a ofender con cierta frecuencia”.

“Todos esos detalles puntuales que pudimos localizar están traducidos al castellano, en lugar de pasarlos directamente, con la intención de que la gente se encuentre con textos que tienen esa textura de juego y de chiste. Esos detalles son los que permiten, yo diría, volver a hacer extraño a Poe, volver a colocarlo como una especie de figura importante por su innovación y no porque es un clásico al que todo el mundo ya está acostumbrado”, agrega el también autor de La noche en la zona M. 

TRADUCIR PARA CADA LUGAR Y ÉPOCA

Referente a las numerosas traducciones al español de la obra de Edgar Allan Poe, Chimal opina que la mayoría “también están afectadas por la impresión centenaria de lo que se supone es su reputación, para bien o para mal. Entonces, muchas no solamente pasan por alto los relieves en los cuentos menos conocidos, sino que se concentran más en las atmósferas y estructuras narrativas, pero no tanto en estos detalles puntuales, que por momentos son difíciles de traducir”.

Explica que este problema puede llegar a ser grave para su interpretación, pues este hecho ha puesto en más de una ocasión a los reseñistas y críticos de Poe en español a interminables discusiones entorno al significado de algunos relatos. 

“Se necesita que los traductores sirvan como un puente entre diferentes lenguas y también entre diferentes épocas. Es una aspiración casi imposible de conseguir, pero para un clásico como Edgar Alan Poe es algo que se debería intentar. La idea nunca debe ser hacer una traducción definitiva y eterna, más bien debería haber diferentes traducciones en diferentes épocas que acompañen a los textos, que fueran abriéndolos y develándolos a sus lectores con base a la lengua en que ellos conocen en sus propios lugares y tiempos”, finaliza Alberto Chimal.