Edson Álvarez es titular en remontada del West Ham sobre el Tottenham

Cuando Cristian Romero conectó el cabezazo del 1-0 en el minuto 10, el Tottenham había dominado el 91 por ciento de la posesión y había demostrado ya su superioridad sobre el West Ham, que se levantó minuto a minuto, paso a paso, para la remontada en el segundo tiempo, culminada por un error fatal en el 1-2.

La cesión de Udogie fue inconcebible. No se dio cuenta de que Bowen ya lo esperaba. Cuando entregó el balón hacia atrás a su guardameta, ya había anticipado el movimiento. El portero, lanzado, se deshizo del balón de puños, a ras de suelo. Ahí aguardaba Ward-Prowse para marcar a la segunda -la primera fuera al poste- el gol que arruinó el inicio de los Spurs.

Nadie lo intuía tras el 1-0, con el saque de esquina lanzado por Pedro Porro, asistente por cuarta vez esta temporada, y el remate del central campeón del mundo argentino, de vuelta después de tres encuentros sancionado y certero entre dos marcadores para adelantar al Tottenham, que ni siquiera así alteró su inercia negativa. No gana desde el 27 de octubre. Es su cuarta derrota en cinco partidos. El otro lo resolvió con el agónico 3-3 frente al City.

Impresionante al inicio de la campaña, su caída es indudable, hasta el punto de quedarse ya a nueve puntos del liderato del Arsenal. No hace mucho, la cima de la Premier League lo pertenecía. Ahora, está demasiado lejos como para creer en competirla dentro de esta dinámica en la que se mueve en la actualidad. Cualquier circunstancia va en su contra.

Increíble tal y como comenzó el duelo, cuando el Tottenham, Lo Celso, Son Heung Min, Kulusevski, Hojbjerg o Bissouma encerraron de inicio al West Ham, que, cuando encajó el 1-0, apenas había dado 13 pases, con un 39 por ciento de precisión.

Cuando atravesó la media hora, había entregado apenas 89 por los 329 de los locales. Sólo había contado un par de ocasiones de Mohamed Kudus, las dos invalidadas después por fuera de juego. Ya las había fallado. Una de ellas de forma estrepitosa.

Pero ya entonces no era tan concluyente el dominio del Tottenham. No era el absoluto monopolio del balón del principio. Ni su presión ingobernable. Era capaz ya el West Ham de desplegarse más allá de su terreno, con un renqueante Lucas Paquetá, lesionado primero, reintegrado al campo tras ser atendido y protagonista de un fallido remate después, cuando el primer tiempo ya consumía sus últimos instantes, aún con un mínimo 1-0 de diferencia, porque la escuadra despejó un rechace de Zouma tras otro centro amenazante de Lo Celso.

Un resultado corto, como comprobó en el inicio del segundo tiempo. Un golpe de fortuna impulsó al empate al West Ham: el potente tiro de Kudus, siempre activo, siempre peligroso, rebotó en la defensa del Tottenham y le quedó en una posición inmejorable a Jarrod Bowen, solo, sin oposición, para lanzar su disparo y batir a Vicario. Su décimo gol en 18 encuentros. El 1-1. En el minuto 52. Y otra prueba de confianza para el equipo local.

Y ahí cambió el partido. Apareció Vicario, que despejó un centro-chut de Ward-Prowse y que voló a un remate de Tomas Soucek. Más abierto el duelo, pudo ganarlo cualquiera. Richarlison, recién entrado al campo, cabeceó fuera otro centro. Había sido el primer cambio del Tottenham, junto a Skipp, por Lo Celso y Hojbjerg en el minuto 67. También intervino Fabianski, sustituto de la baja de Areola, a un remate de Pedro Porro.

Hasta un error de Udogie. Su apurada cesión atrás ofreció el gol al West Ham. Vicario alcanzó a despejarla de puños a ras de suelo ante la presión de Bowen. El rechace fue a Ward Prowse. Su primer intento fue al poste. Nadie fue al rechace salvo él, que marcó ya el tanto a portería a vacía para asestar otro golpe al Tottenham, derrotado por sí mismo. EFE

cmb