Todo esto ganará el receptor CeeDee Lamb por 4 años más con Dallas Cowboys

CeeDee Lamb

Redacción Deportes.- CeeDee Lamb se convirtió este lunes en el segundo receptor mejor pagado de la NFL gracias a la extensión de contrato de cuatro años y 136 millones de dólares que acordó con los Dallas Cowboys.

Lamb, uno de los más destacados en su posición en la liga, tendrá un ingreso anual de 34 millones, sólo por debajo de los 35 millones que Justin Jefferson, receptor estelar de Minnesota Vikings, ganará por campaña gracias al contrato que firmó en junio pasado por 140 millones de dólares.

Este acuerdo acabó con la incertidumbre que había provocado la ausencia de CeeDee en la temporada baja y en los entrenamientos en esta pretemporada, incluidos los tres partidos de preparación que sostuvieron los Cowboys.

Una situación agravada por Jerry Jones, propietario del equipo de la estrella solitaria, quien en reiteradas ocasiones había dicho que no tenía prisa por amarrar a su receptor número uno.

CeeDee Lam, de 25 años, arribó a la NFL seleccionado por los Cowboys en la primera ronda del Draft 2020 y desde su temporada de novato se convirtió en uno de los objetivos más efectivos en los envíos de Dak Prescott.

En su primer año tuvo 74 recepciones para 935 yardas, sólo por detrás de las 1,114 obtenidas por Amari Cooper, entonces receptor principal de la franquicia, quien fue desplazado por Lam a partir de 2021.

En las recientes tres temporadas, en las que ha sido consecutivamente seleccionado al Pro Bowl, CeeDee superó las 1,000 yardas por recepción; tuvo 1,102 en 2021, 1,359 en 2022, y 1,749 en 2023.

En cuatro campañas acumula 66 juegos, 395 recepciones para 5,145 yardas y 32 anotaciones.

Con la firma de Lam ahora los Cowboys podrán concentrarse amarrar a sus otras dos estrellas, Dak Prescott, quien busca un acuerdo que lo convierta en el 'quarterback' mejor remunerado de la NFL, lo que implicaría un ingreso anual superior a los 55 millones de dólares.

Y su estrella defensiva Micah Parsons, un agresivo apoyador, que es una pesadilla para los mariscales de campo rivales.

EFE