Por Moris Beracha
Era de esperarse. El anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos, en el cual afirma que apoyará sin límites la recuperación de la economía norteamericana, parece haber calmado un poco la ansiedad de quienes estaban temiendo que sus empresas o negocios se viesen arrastrados por la ola de quiebras, desencadenada por la pandemia COVID-19.
De hecho, las autoridades de la FED acordaron utilizar todas las herramientas de las cuales disponen para ayudar a que la economía resista a los embates de la enfermedad, y de esta manera apoyar a que los vientos de la recesión soplen en otra dirección.
Efectivamente, la FED prevé que, de no seguirse apoyando al resurgimiento de la economía, el país podría llegar a sufrir una recesión de dimensiones incalculables, incluso mayor a la registrada durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque aún el panorama de las finanzas en la nación norteamericana luce un tanto incierta, la Reserva Federal ha alertado que la total recuperación depende, única y exclusivamente, de la desaparición del virus, y en ello hay que dedicar el mayor de los esfuerzos.
El mantener las tasas de interés entre 0 a 0,25% es una de las medidas adoptadas por la Reserva Federal. De igual manera se estarían planteando la compra de activos a más largo plazo.
En todo caso, lo realmente valioso es la tranquilidad que brinda a los mercados, el hecho de que la FED siga buscando otros incentivos que hagan más transitable el camino hacia la era post Covid.
La ruta no es para nada fácil, y de eso están conscientes las autoridades de la institución norteamericana, quienes harán el mayor esfuerzo posible por garantizar la recuperación económica, la salud financiera del país y el equilibrio en las cuentas fiscales.
