El espíritu que regresó para arrastrar a su invocador al más allá

Por César Hernández

En un pequeño pueblo en el estado de Oaxaca, había una leyenda sobre un hombre llamado Elías, quien poseía el poder para comunicarse con los espíritus.

Se rumora que, cuando una joven de nombre Citlali murió trágicamente en un accidente, su familia y amigos en su desesperación, buscaron la ayuda de aquel hombre que vivía a las afueras del pueblo.

El espiritista jamás había intentado algo parecido, aun así se arriesgó a tomar esa decisión a pesar de las terribles consecuencias que podría traer.

Elías, con los conocimientos adquiridos durante toda su vida, emprendió un viaje al inframundo para buscar el espíritu de Citlali. En el camino, se encontró con Mictlantecuhtli, el dios de la muerte, quien le advirtió que intentar regresar a los difuntos a la vida era una acción de la cual podría arrepentirse.

Elías ignoró aquellos consejos y Mictlantecuhtli le permitió llevarse el espíritu de la joven de regreso al mundo de los vivos. Sin embargo, Citlali regresó con un cambio; su mirada era más profunda y su sonrisa más triste.

Su familia y amigos estaban felices de tenerla de vuelta, pero pronto se dieron cuenta de que algo no estaba bien.

Días después de lo ocurrido, Citlali desapareció sin dejar rastro alguno, la familia nuevamente acudió con el mismo hombre que se encargó del oscuro trabajo y este rápidamente inició con su búsqueda.

El médium se dirigió al bosque del pueblo, al adentrarse logró escuchar el susurro de alguien, era Citlali pero su voz se escuchaba diferente. Elías siguió el sonido hasta llegar a una cueva oscura y húmeda, allí encontró a la joven, pero su cuerpo se encontraba inerte y en total descomposición, su rostro estaba distorsionado en una sonrisa macabra.

Citlali comenzó a hablar, pero su voz no era humana.

Elías, me has traído de regreso a la vida, pero no como yo quería, me has condenado a vivir en este estado de putrefacción y dolor.

Ahora debes pagar el precio por tu poder, debes unirte a mí en este infierno.

El espiritista intentó huir, pero Citlali lo atrapó con sus manos podridas, lo arrastró hacia la oscuridad, y el hombre sintió su alma siendo consumida por la muerte.

La leyenda dice que, en ciertas noches, se puede escuchar el lamento de Elías, atrapado en el infierno de Citlali, pagando por el precio de su poder.