Por Gerson Gómez
 
Los trabajadores del Poder Judicial de la Federación ya cruzaron la línea amarilla. Incluso se estacionaron en la zona roja. En su disputa contractual van contra la institucionalidad del Ejecutivo y del Legislativo.

La presidente del país ya escuchó los consejos de sus ministros de la SEDENA. Puede destituir y disolver a los ministros rebeldes. También a los jueces con todos aquellos afines, cobrando sin laborar. En el atasco judicial contra los intereses superiores del país.

Claudia Sheinbaum no hará uso de esas facultades. Ella es fruto de las luchas sociales en contra de los abusos del poder. Prefiere demorar hasta el brinco de año nuevo. En la embriaguez de las festividades. Los inconformes no han encontrado el apoyo popular. Necesario para sostener el activo de lucha.

El incidente en la Universidad de Harvard, donde el ministro de la corte mexicana expone las propuestas de modificación, causa hilaridad a los estudiantes.

Pasa por alto el expositor el delito de traición a la patria. Al asumir la voz cantante de una minoría. Da el pretexto para su destitución. Volver a México conlleva la vergüenza de ser quien lo puso en el ojo del huracán.

La gran medida aviene al garrote vil de la inquisición. Claudia Sheinbaum medita con sus secretarios. Nada de extremismos. Vamos por la vía pacífica. Los asuntos en cartera pendientes saldrán más temprano a tarde.

Solo espere. Así será.

***Importante: El presente contenido es responsabilidad de quien lo escribe y no representa la línea editorial de Diario de México.
 

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