La 'Nuevolandia' de los pobres

Foto: Especial

Por Gerson Gómez

Acostumbrados al desdén sistémico. A la supervivencia con lo menos. En el Día del Niño mexicano, nuestros menores sufren ahora de situaciones inéditas.

Conocen de la supercarretera de la información. La llevan en sus dispositivos móviles. Les interesa el modelo más reciente. Con las aplicaciones poderosas. En tiempo real y sin desperdicio de espera. Descargan toda materia perecedera. Poco se acercan al disfrute de lo clásico.

Nos detallan en las redes sociales la soledad, la avaricia, el sentido de pertenencia y la poca disposición por la empatía.

Los seduce la impostura de las estrellas de onlyfans, patreon y del material explícito.

Para ellos, el gobernador de Nuevo León es cool. Su esposa, la princesa del castillo encantado, es el registro perfecto de un rostro inmóvil.

Samuel y Mariana representan el sueño posible de un whitemexican. Para eso, el uso de filtros, son la ayuda idónea. Les blanquea el rostro, les ajusta las caderas y les realza la sonrisa.

Estos niños de Nuevolandia, tienen la esperanza de un futuro desconcertante. La vida de hampón de los videojuegos salvajes. La facilidad de la prostitución femenina en la televisión local. Los restaurantes de carnes asadas como punto de encuentro para las estudiantes disfrazadas de escorts con derecho a implantes.

En Nuevolandia, la numeraria de actos delictivos, medra la infancia.