La purga, la guerra y el gulag

Por Gerson Gómez

Nadie en el mundo como la generación rusa de los grandes novelistas. Desde Tolstoi y Dostoievski, el imperio zarista apaciguado por los bolcheviques.

Vladimir Putin, hombre maniqueo y flemático, no realiza concesiones para quienes se rebelan. Incluso para sus antiguos aliados. 

El más grande imperio del siglo XXI, aclaro, después del chino. Sabe poner de rodillas a la civilización. Ucrania es solo pretexto, ejercicios de entrenamiento militar. Aplastar al frágil país con un matamoscas nuclear, no es un gesto de buena batalla. 

Solo de alerta general en la OTAN y del otro lado, en el hemisferio americano. Las consecuencias de cualquier embargo financiero o la expulsión de los agregados diplomáticos rusos de los Estados Unidos.

Rebelarse, como lo hicieron los mercenarios, contra la autoridad de Putin, significa purgas al interior de las fuerzas armadas. Incluyendo las capturas de los principales instigadores. 

Dar el tratamiento de traidores, deja solo dos caminos posibles para el desenlace. La trama de esta nueva novela rusa, les permitirá el honor de la pena capital por ejecución con solo una bala en la base del cerebro, con costo para la familia del rijoso.

La segunda, la más terrible. El exilio en barracas miserables conocido como el Gulag en Siberia. Donde la locura blanca de la nieve, limita toda actividad postrevolucionaria.

Operación milimétrica, sin salida política. A costo de la rabieta.