La tercera guerra mundial

Vladimir Putin

Por Gerson Gómez

Pone el alma en un hilo. Asusta los mercados internacionales. Quien mueva la primera ficha será el gran perdedor. Todo el día ha sido el trending tropic. Recuerda el intercambio de acusaciones entre la URSS y los US.

Cuba, la nación más hambrienta de todo el continente, como moneda de cambio para desmantelar las construcciones de ojivas nucleares.

Al bloque socialista lo serenó la presión del invierno. Predicho por los científicos en Oppenheimer, una tercera guerra mundial, a dicho de los expertos en política, solo afectaría a los países del tercer mundo.

En palabras simples, del río Bravo hasta la tierra del fuego en la Argentina, estaría a salvo de cualquier explosión. Colapsado Estados Unidos, los poderosos carteles de la droga, ya no tendrían a quien vender sus productos.

Tampoco aguacates y limones de Michoacán. El precio será razonable en las tiendas. Sin la necesidad de pagar piso. Incluso la famosa Acapulco Golden, famosa por sus efectos sedantes, ya disponible en todas las franquicias de Vicente Fox y Roberto Palazuelos.

Punto a favor de las naciones pobres. Le correspondería a la presidenta Claudia Sheinbaum establecer un cerco fronterizo con los Estados Unidos. Así evitamos el cruce de desertores de la Guardia Nacional Americana y de los orgullosos soldados del Army, Air Force y los de la Navy.

Son sus problemas y resuelvan como acostumbran. Con el martillo de Wall Street. Cuba podrá recibir ayuda de los países hermanos de habla. Al enviar alimentos y ayuda humanitaria. El cerco ya se rompió.

Todo eso, gracias al sueño destructivo de las naciones más enloquecidas por el petróleo, el uso de drogas y la acumulación de material contaminante.

En la luna, Elon Musk, el magnate, ofrece y vende bienes raíces, estilo los Hamptons, para ese uno por cierto de multimillonarios mundiales.

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