Las horas cambiantes del mundo

Por Gerson Gómez

No fue el canto inspirador de Lady Gaga. Mucho menos las caderas latinas de Jeniffer López. La espera de Bernie Sanders en la penumbra del poder convertido en figura vilipendiada.

El recuento de los agravios por cuatro años. La voz de quien despedazo el “american way of life”. Del golpeador discursivo. La falta de compasión cristiana. El aura de superioridad. La ingratitud frente a la necesidad.

La revolución de los votos. Las horas de programación y análisis político. Los medios alternativos obstaculizando el ascenso del candidato triunfante. 

Ni los reporteros de época habrían podido cubrir con tanta precisión las posturas cambiantes.

Donald Trump es la representación de un siglo atemorizante. Con posibles dictadores libertarios. Con fajadores verbales por encima de la razón científica.

Nos vamos exponiendo a un siglo temerario. Las pandemias y las conjuras de control serán el pan diario. El extremismo de los creyentes, de las minorías enojadas. El ultranacionalismo de derecha y de izquierda. El feminismo sin censura.

La comunidad LGBT+, los protestantes, católicos, musulmanes, menos los panteístas, agnósticos y los seguidores de Bafomet.

Para cada uno de ellos existirá el vocero. El Prometeo renaciendo del fuego. La locura de una civilización desinformada y contestona.

Las últimas horas de una sociedad sin derechos. Monitoreada y pobre, mental y cívica ausente.
 

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